sábado, 26 de junio de 2010

En la boda de mi hermana

Beth (Kristen Bell) viaja a Roma para asistir a la boda de su hermana. Allí conoce a Nick (Josh Duhamel), un reportero amigo del novio, y se atraen mutuamente. Pero desilusionada con él, desafía a la estatua de una “diosa del amor” y recoge unas monedas de su fuente. En ese momento provoca la pasión de los propietarios de aquellas monedas: un viejo magnate de salchichas, un mago callejero, un pintor bohemio y un modelo narcisista, que la persiguen a todas horas disputándose su amor. De vuelta a Nueva York se reencuentra con el encantador reportero, y piensa que él también está bajo la influencia del embrujo. Así que tiene que buscar la manera de deshacer el hechizo para tratar de averiguar si su amor es el verdadero.

Éste es el estúpido argumento de una estúpida comedia con unos estúpidos guiones, sin chispa, sin energía, sin ni siquiera gracia. Prometía algo mejor: el contraste de dos ciudades como Nueva York y Roma, el entorno glamouroso de una boda, unos protagonistas atractivos. Pero es todo tan ñoño e insulso… Una de las películas más aburridas y bobas que he visto en muchos años.

No hay comentarios:

Publicar un comentario