Impresionante historia basada en la novela homónima de Tatiana de Rosnay, llevada al cine por Gilles Paquet-Brenner. El estreno en España viene precedido por un notable éxito comercial en Francia, así como de un reconocimiento en festivales internacionales, como el de Tokyo, donde ha obtenido los premios a la mejor dirección y del público. La película clausuró la pasada edición del Festival de Cine de San Sebastián.
En el París ocupado por los nazis, la policía francesa se lleva en una redada a Sarah, una niña judía de 10 años, y a su familia para ser deportados a campos de exterminio. Desesperada por proteger a su hermano pequeño, Sarah lo encierra con llave en un armario del dormitorio, su pequeño escondite secreto, y le promete volver a por él en cuanto les liberen. Sesenta y siete años más tarde, la historia de Sarah se mezcla con la de Julia Jarmond, una periodista estadounidense afincada en Francia que escribe un artículo sobre la redada de 1942. Durante su investigación, Julia descubre un secreto que liga su propia vida a la de Sarah, en medio de la incomprensión de su familia y con los problemas personales que arrastra tras comprobar que está embarazada y que su marido quiere que aborte.
La película, que mezcla con las dosis adecuadas de tragedia las secuencias del pasado con la actualidad, es un interesantísimo drama protagonizado por Kristin Scott Thomas, como Julia, y la jovencísima Mélusine Mayance en el papel de Sarah. El realismo impresionista con que están filmadas las escenas del velódromo y la brutal separación de las familias en el campo de concentración contrasta con la ternura de muchos momentos, como la compasión del gendarme o la actitud de los toscos aldeanos que esconden a Sarah. No obstante, los acontecimientos trágicos de las deportaciones en masa de judíos en los países ocupados por los nazis son tratados de una manera contemporánea, con una acertada actitud sobre qué hubiera hecho entonces cualquier persona actual que deplora los hechos, sin encasillar actuaciones u omisiones.
Se trata de una película muy recomendable, que hace pensar y vibrar con una tragedia histórica que, como hizo Julia, podemos hacer nuestra. Jóvenes/adultos.
jueves, 30 de diciembre de 2010
miércoles, 22 de diciembre de 2010
El discurso del Rey
Soberbia película británica, favorita de los Globos de Oro, con 7 nominaciones, y una de las firmes candidatas hacia los Oscar. Protagonizada por Colin Firth, Geoffrey Rush y Helena Bonham Carter y dirigida por Tom Hooper, está basada en la historia real del rey Jorge VI de Inglaterra, padre de la actual reina Isabel.
Ambientada en los años previos a la II Guerra Mundial, esta comedia dramática relata la inusitada amistad entre un hombre que hubiera preferido no ser rey, Jorge VI, y su excéntrico logopeda, un actor australiano frustrado que utiliza técnicas poco convencionales para ayudar al monarca a dominar su tartamudez y unir así a su país ante la decisión de entrar en la guerra contra Alemania.
Tras la muerte de su padre, el rey Jorge V y la escandalosa abdicación del príncipe Eduardo VII, Bertie (Colin Firth), afectado desde siempre de un angustioso tartamudeo, asciende de pronto al trono como Jorge VI de Inglaterra. Su país se encuentra al borde de la guerra y necesita desesperadamente un líder, por lo que su esposa Isabel (Helena Bonham Carter), la futura reina madre, le pone en contacto con un excéntrico logopeda llamado Lionel Logue (Geoffrey Rush). A pesar del choque inicial, los dos se sumergen de lleno en una terapia poco ortodoxa que les llevará a establecer un vínculo inquebrantable. Con el apoyo de Logue, su familia, su gobierno y Winston Churchill (Timothy Spall), el rey pronuncia un discurso radiofónico que inspirará a su pueblo y lo unirá en la batalla.
Si bien se supone el final, no por eso deja de ser la película una conmovedora e interesantísima narración, con personajes bien dibujados: los complejos de Jorge VI; el tesón, la ternura y la confianza de la reina Isabel; el ingenioso y rudo logopeda; el melifluo y antipático arzobispo; y el hermano botarate que abdica y deja a su país en un momento de crisis tras encapricharse de Wallis Simpson. Un guión inteligente, con tomas de cámaras audaces y un montaje vivo, que recogen secuencias de gran tensión dramática, primeros planos del odiado micrófono, cual monstruo voraz, y momentos de buen humor inglés. Una película, con una historia humana, para disfrutar.
Ambientada en los años previos a la II Guerra Mundial, esta comedia dramática relata la inusitada amistad entre un hombre que hubiera preferido no ser rey, Jorge VI, y su excéntrico logopeda, un actor australiano frustrado que utiliza técnicas poco convencionales para ayudar al monarca a dominar su tartamudez y unir así a su país ante la decisión de entrar en la guerra contra Alemania.
Tras la muerte de su padre, el rey Jorge V y la escandalosa abdicación del príncipe Eduardo VII, Bertie (Colin Firth), afectado desde siempre de un angustioso tartamudeo, asciende de pronto al trono como Jorge VI de Inglaterra. Su país se encuentra al borde de la guerra y necesita desesperadamente un líder, por lo que su esposa Isabel (Helena Bonham Carter), la futura reina madre, le pone en contacto con un excéntrico logopeda llamado Lionel Logue (Geoffrey Rush). A pesar del choque inicial, los dos se sumergen de lleno en una terapia poco ortodoxa que les llevará a establecer un vínculo inquebrantable. Con el apoyo de Logue, su familia, su gobierno y Winston Churchill (Timothy Spall), el rey pronuncia un discurso radiofónico que inspirará a su pueblo y lo unirá en la batalla.
Si bien se supone el final, no por eso deja de ser la película una conmovedora e interesantísima narración, con personajes bien dibujados: los complejos de Jorge VI; el tesón, la ternura y la confianza de la reina Isabel; el ingenioso y rudo logopeda; el melifluo y antipático arzobispo; y el hermano botarate que abdica y deja a su país en un momento de crisis tras encapricharse de Wallis Simpson. Un guión inteligente, con tomas de cámaras audaces y un montaje vivo, que recogen secuencias de gran tensión dramática, primeros planos del odiado micrófono, cual monstruo voraz, y momentos de buen humor inglés. Una película, con una historia humana, para disfrutar.
jueves, 16 de diciembre de 2010
El último bailarín de Mao
Drama basado en la historia real del bailarín chino Li Cunxin y llevado al cine por Bruce Beresford (“Paseando a Miss Daisy”) y guión de Jan Sardi, partiendo de la propia autobiografía de Li Cunxin, un éxito literario en Australia, país donde reside actualmente con su familia.
La acción comienza en plena revolución cultural. Li, con 11 años, es sacado de un pequeño pueblo de China por delegados culturales y enviado a Pekín para iniciar su formación como bailarín clásico. Allí comienza un increíble viaje vital que le llevará a pasar años de entrenamiento brutal, superando sus limitaciones físicas, pero dando ejemplo de voluntad de hierro. Acaba por ello convirtiéndose en uno de los mejores bailarines del mundo, aclamado como un héroe de la China comunista y, más tarde, despreciado por traidor y antipatriota. Tras aprovechar una beca de formación en una prestigiosa compañía de ballet americana, Li decide quedarse en Estados Unidos, donde descubre la libertad y la posibilidad de medrar en su carrera, a pesar de la oposición de las autoridades chinas. Su dramática opción le lleva a desligarse de su pueblo y de su familia, lo que le aísla y le hace sufrir mucho.
La película está muy bien narrada, rodada en tres localizaciones: China, Estados Unidos y Australia, combinadas con la técnica del "flash-back". La Revolución Cultural china –momento en que se desarrolla la historia- está bastante suavizada, pero la puesta en escena es muy objetiva con técnicas fotográficas especiales que muestran la dureza de la época y del régimen totalitario chino.
El personaje de Li lo interpretan tres actores diferentes (Li de niño, joven y adulto), gracias a la colaboración del Birmingham Royal Ballet –de donde procede el actor principal, Chi Cao-, del Australian Ballet, y del Hong Kong Ballet. Los personajes son entrañables y cercanos -el viejo profesor chino, los padres de Li, su mentor en Estados Unidos-, y son muy realistas los momentos de dolor y de triunfo de Li, las sublimes secuencias de ballet, la tensión vivida en la escena del consulado chino o la poética escena final de la película.
Es muy bonita. Para jóvenes/adultos.
La acción comienza en plena revolución cultural. Li, con 11 años, es sacado de un pequeño pueblo de China por delegados culturales y enviado a Pekín para iniciar su formación como bailarín clásico. Allí comienza un increíble viaje vital que le llevará a pasar años de entrenamiento brutal, superando sus limitaciones físicas, pero dando ejemplo de voluntad de hierro. Acaba por ello convirtiéndose en uno de los mejores bailarines del mundo, aclamado como un héroe de la China comunista y, más tarde, despreciado por traidor y antipatriota. Tras aprovechar una beca de formación en una prestigiosa compañía de ballet americana, Li decide quedarse en Estados Unidos, donde descubre la libertad y la posibilidad de medrar en su carrera, a pesar de la oposición de las autoridades chinas. Su dramática opción le lleva a desligarse de su pueblo y de su familia, lo que le aísla y le hace sufrir mucho.
La película está muy bien narrada, rodada en tres localizaciones: China, Estados Unidos y Australia, combinadas con la técnica del "flash-back". La Revolución Cultural china –momento en que se desarrolla la historia- está bastante suavizada, pero la puesta en escena es muy objetiva con técnicas fotográficas especiales que muestran la dureza de la época y del régimen totalitario chino.
El personaje de Li lo interpretan tres actores diferentes (Li de niño, joven y adulto), gracias a la colaboración del Birmingham Royal Ballet –de donde procede el actor principal, Chi Cao-, del Australian Ballet, y del Hong Kong Ballet. Los personajes son entrañables y cercanos -el viejo profesor chino, los padres de Li, su mentor en Estados Unidos-, y son muy realistas los momentos de dolor y de triunfo de Li, las sublimes secuencias de ballet, la tensión vivida en la escena del consulado chino o la poética escena final de la película.
Es muy bonita. Para jóvenes/adultos.
jueves, 2 de diciembre de 2010
Megamind
Megamind es un supervillano que durante años ha estado intentando conquistar Metro City de mil maneras con la ayuda de su secuaz y protector Esbirro. Pero cada intento ha sido un gran fracaso por culpa del superhéroe con capa Metro Man, un invencible guaperas con bíceps y aires de estrella de cine. Pero un día, Megamind le “mata” por pura casualidad en el curso de uno de sus malvados y enrevesados planes, y, de repente, Megamind se queda sin objetivos y sin nadie que le haga sombra. Su vida ya no tiene sentido, así que decide que la única forma de salir de su estancamiento es crear un nuevo contrincante llamado Titán. Rápidamente, Titán empieza a pensar que es mucho más divertido ser malo que bueno, e intenta destruir el mundo. Entonces, Megamind tiene que decidirse: ¿podrá derrotar a su diabólica creación y convertirse así en el “bueno” de la historia? ¿Conquistará el corazón de Roxanne, la chica de sus sueños?
De DreamWorks, el mismo estudio que produjo “Shrek”, “Madagascar” y “Kung Fu Panda”, la película es un delicioso y espectacular cómic, lleno de escenas carcajeantes y detalles llenos de chispa, que trata de una forma muy gráfica el eterno dilema del destino: no son las circunstancias las que forjan nuestro modo de ser y actuar, sino la decisión personal por conseguir una meta o unos objetivos. La moraleja está muy clara: el determinismo pesimista y la moda tan vigente de pensar que es la sociedad la culpable de que haya delincuentes, indeseables y criminales, no se sostiene lo más mínimo: a pesar de tantas cosas adversas o de la buena o mala educación recibida, es uno mismo quien tiene las riendas de su propio destino, quien decide qué hacer con su vida. Como Metro Man, bueno pero insatisfecho, y su perezoso retiro…
Los gráficos son impresionantes, la producción impecable en el uso magistral del 3D. Esta historia de buenos y malos, llena de parodias y de humor, gustará a todos. Es vibrante y, al mismo tiempo, muy tierna. Es una de las mejores opciones para esta Navidad. No os la perdáis.
De DreamWorks, el mismo estudio que produjo “Shrek”, “Madagascar” y “Kung Fu Panda”, la película es un delicioso y espectacular cómic, lleno de escenas carcajeantes y detalles llenos de chispa, que trata de una forma muy gráfica el eterno dilema del destino: no son las circunstancias las que forjan nuestro modo de ser y actuar, sino la decisión personal por conseguir una meta o unos objetivos. La moraleja está muy clara: el determinismo pesimista y la moda tan vigente de pensar que es la sociedad la culpable de que haya delincuentes, indeseables y criminales, no se sostiene lo más mínimo: a pesar de tantas cosas adversas o de la buena o mala educación recibida, es uno mismo quien tiene las riendas de su propio destino, quien decide qué hacer con su vida. Como Metro Man, bueno pero insatisfecho, y su perezoso retiro…
Los gráficos son impresionantes, la producción impecable en el uso magistral del 3D. Esta historia de buenos y malos, llena de parodias y de humor, gustará a todos. Es vibrante y, al mismo tiempo, muy tierna. Es una de las mejores opciones para esta Navidad. No os la perdáis.
lunes, 8 de noviembre de 2010
Bon Appétit
Daniel (Unax Ugalde), un joven y ambicioso chef español, acaba de conseguir su sueño: una plaza en el prestigioso restaurante de Thomas Wackerle (Herbert Knaup) en Zurich. Su extraordinario talento le servirá a Daniel para progresar en la exigente cocina de Wackerle, pero no podrá evitar que su relación con Hanna (Nora Tschirner), la atractiva somellier del restaurante, se transforme en algo más que una simple amistad. Esta inesperada situación volverá del revés el ordenado mundo de Daniel, en el que de momento el amor no tiene cabida.
Ópera prima del español David Pinillos, que con esta película triunfó en la pasada edición del Festival de Málaga de Cine Español, donde se alzó con 6 galardones: Premio Especial del Jurado (Mejor Película), Premio Jurado Joven (Mejor Película), Premio de la Asociación de Escritores Cinematográficos de Andalucía (Mejor Película), Premio Egeda al Mejor Guión, Premio al Mejor Actor (Unax Ugalde) y Mención Especial a la actriz Nora Tschirner.
Es un film que me gustó, amable de ver, con guiones acertados y un excelente montaje, que hace que el interés no decaiga en ningún momento. Contiene escenas memorables, como la de la cena improvisada en casa de Hanna, o el paralelismo entre el ritmo trepidante y nervioso de la cocina del restaurante y la placidez elegante del comedor. La música integra la acción sin molestar, acorde con la bellísima fotografía de un Zurich invernal, al mismo tiempo vetusto y vanguardista.
También se plantean temas morales, como la relación de lealtad entre amigos y compañeros, bien resuelta, aunque hace gala de un relativismo sexual nada extraño en las producciones europeas, especialmente españolas. Para adultos.
Ópera prima del español David Pinillos, que con esta película triunfó en la pasada edición del Festival de Málaga de Cine Español, donde se alzó con 6 galardones: Premio Especial del Jurado (Mejor Película), Premio Jurado Joven (Mejor Película), Premio de la Asociación de Escritores Cinematográficos de Andalucía (Mejor Película), Premio Egeda al Mejor Guión, Premio al Mejor Actor (Unax Ugalde) y Mención Especial a la actriz Nora Tschirner.
Es un film que me gustó, amable de ver, con guiones acertados y un excelente montaje, que hace que el interés no decaiga en ningún momento. Contiene escenas memorables, como la de la cena improvisada en casa de Hanna, o el paralelismo entre el ritmo trepidante y nervioso de la cocina del restaurante y la placidez elegante del comedor. La música integra la acción sin molestar, acorde con la bellísima fotografía de un Zurich invernal, al mismo tiempo vetusto y vanguardista.
También se plantean temas morales, como la relación de lealtad entre amigos y compañeros, bien resuelta, aunque hace gala de un relativismo sexual nada extraño en las producciones europeas, especialmente españolas. Para adultos.
sábado, 30 de octubre de 2010
Los ojos de Julia
Julia recibe la noticia de la inesperada muerte, por suicidio, de su hermana Sara que hace poco se ha quedado ciega por una enfermedad genética degenerativa. Pero Julia es incapaz de aceptar esta versión y empieza a investigar por su cuenta las extrañas circunstancias de la muerte de su hermana. Y va entrando en una maraña terrorífica, que sólo parece percibir ella, mientras trata de superar además una trágica adversidad: ella misma padece también la enfermedad genética degenerativa que le provocará la pérdida progresiva de la visión. Debe darse prisa antes de quedarse ciega del todo.
Se trata de un thriller gris y descarnado, dirigido por Guillem Morales y coproducido por Guillermo del Toro, autor también de “El orfanato”, y protagonizado por Belén Rueda (Sara/Julia) y Lluis Homar, en el papel de su marido Isaac. Intervienen también Pablo Derqui, en el papel de Iván, y Julia Gutiérrez Caba, como doña Soledad.
El film emplea una fotografía oscura y utiliza mucho la visión subjetiva y defectuosa de Julia, lo que acentúa el terror en ciertas situaciones, ante lo desconocido de las presencias ocultas. También muestra la ceguera en general como un submundo aparte, pavoroso y cruel –la escena del grupo de ciegas en los vestuarios es sórdido hasta la saciedad-, sin futuro y sin esperanza.
Contiene escenas bastante desagradables y es muy irregular en la narración. No explica nada y sólo juega con el terror –psicológico y, a veces, explícito- de los personajes. Eso sí, Belén Rueda está espléndida y ha sabido captar muy bien la manera de “mirar” o moverse de las personas ciegas. Sólo para adultos.
Se trata de un thriller gris y descarnado, dirigido por Guillem Morales y coproducido por Guillermo del Toro, autor también de “El orfanato”, y protagonizado por Belén Rueda (Sara/Julia) y Lluis Homar, en el papel de su marido Isaac. Intervienen también Pablo Derqui, en el papel de Iván, y Julia Gutiérrez Caba, como doña Soledad.
El film emplea una fotografía oscura y utiliza mucho la visión subjetiva y defectuosa de Julia, lo que acentúa el terror en ciertas situaciones, ante lo desconocido de las presencias ocultas. También muestra la ceguera en general como un submundo aparte, pavoroso y cruel –la escena del grupo de ciegas en los vestuarios es sórdido hasta la saciedad-, sin futuro y sin esperanza.
Contiene escenas bastante desagradables y es muy irregular en la narración. No explica nada y sólo juega con el terror –psicológico y, a veces, explícito- de los personajes. Eso sí, Belén Rueda está espléndida y ha sabido captar muy bien la manera de “mirar” o moverse de las personas ciegas. Sólo para adultos.
viernes, 3 de septiembre de 2010
Campanilla y el Gran Rescate
En un hermoso lugar del bosque viven las hadas al margen del mundo de los humanos. Una de ellas, Campanilla, es especialmente curiosa y un día se arriesga a espiar más de cerca al Dr. Griffiths y a su hijita Lizzy, que acaban de instalarse en una casa junto al bosque.
Lizzy cree en las hadas y construye una pequeña casita para ellas en su jardín. Así, se entretiene de su soledad ya que su padre, un científico que sólo cree en las cosas que ve, nunca tiene tiempo para jugar con ella. El caso es que Campanilla se queda encerrada en la casita de hadas de Lizzy y ésta la descubre. Se hacen amigas y Lizzy está ansiosa por contarle a su padre su descubrimiento, pero al mismo tiempo teme que se lleve a Campanilla al Museo de Londres como objeto de estudio. Mientras, el hada Vidia y el resto de sus amigos planean liberar a Campanilla del peligro pese a poner en riesgo sus propias vidas.
Esta película de animación de Walt Disney, como las anteriores de la saga de Hadas (“Campanilla” y “Campanilla y el tesoro perdido”), está llena de color y de magia para los más pequeños de la familia: polvo dorado de hada, aventuras y peligros, fantasía y amistad por encima de todo, son los ingredientes de esta película llena de encanto. Una producción muy cuidada, llena de detalles, con unos fondos espectaculares y una animación de alta calidad. Gustará mucho a las niñas... y también a las no tan niñas.
Lizzy cree en las hadas y construye una pequeña casita para ellas en su jardín. Así, se entretiene de su soledad ya que su padre, un científico que sólo cree en las cosas que ve, nunca tiene tiempo para jugar con ella. El caso es que Campanilla se queda encerrada en la casita de hadas de Lizzy y ésta la descubre. Se hacen amigas y Lizzy está ansiosa por contarle a su padre su descubrimiento, pero al mismo tiempo teme que se lleve a Campanilla al Museo de Londres como objeto de estudio. Mientras, el hada Vidia y el resto de sus amigos planean liberar a Campanilla del peligro pese a poner en riesgo sus propias vidas.
Esta película de animación de Walt Disney, como las anteriores de la saga de Hadas (“Campanilla” y “Campanilla y el tesoro perdido”), está llena de color y de magia para los más pequeños de la familia: polvo dorado de hada, aventuras y peligros, fantasía y amistad por encima de todo, son los ingredientes de esta película llena de encanto. Una producción muy cuidada, llena de detalles, con unos fondos espectaculares y una animación de alta calidad. Gustará mucho a las niñas... y también a las no tan niñas.
miércoles, 25 de agosto de 2010
El Aprendiz de Brujo
De nuevo la Walt Disney se une al productor Jerry Bruckheimer, y, de la mano del director Jon Turteltaub, realizan esta comedia de aventuras sobre un hechicero y su torpe y acomplejado aprendiz, que se ven arrastrados al epicentro de un antiguo conflicto entre el bien y el mal.
Balthazar (Nicolas Cage) es un brujo milenario que recorre el mundo hasta encontrar a su aprendiz y lo halla en el Manhattan de nuestros días. Allí debe defender la ciudad de su antiguo enemigo Horvath (Alfred Molina) y tratar de liberar de un maleficio a su amada Verónica (Mónica Bellucci), encerrada en una especie de tarro.
Pero tanto trajín Balthazar no puede hacerlo solo, así que recluta a Dave (Jay Baruchel), un estudiante normal y cobardica que oculta, sin saberlo, un gran potencial de magia heredado de su antepasado Merlín. Juntos deberán vencer a la malvada bruja Morgana y a sus secuaces, incluido un siniestro brujo chino y su dragón. Al mismo tiempo, Dave tendrá que salvar a Becky (Teresa Palmer), la chica que ama.
Con un guiño musical a “El aprendiz de brujo” de la mítica “Fantasía” –sin duda, la mejor escena de la película-, todo lo demás es una aparatosa, ruidosa y embrollada sucesión de escenas de acción con espléndidos, eso sí, efectos especiales. La historia, por lo demás, es un típico producto para adolescentes: muchas escenas de luchas, mucho espectáculo, magia a raudales, unas gotas de amor y argumento sin demasiada sustancia.
Balthazar (Nicolas Cage) es un brujo milenario que recorre el mundo hasta encontrar a su aprendiz y lo halla en el Manhattan de nuestros días. Allí debe defender la ciudad de su antiguo enemigo Horvath (Alfred Molina) y tratar de liberar de un maleficio a su amada Verónica (Mónica Bellucci), encerrada en una especie de tarro.
Pero tanto trajín Balthazar no puede hacerlo solo, así que recluta a Dave (Jay Baruchel), un estudiante normal y cobardica que oculta, sin saberlo, un gran potencial de magia heredado de su antepasado Merlín. Juntos deberán vencer a la malvada bruja Morgana y a sus secuaces, incluido un siniestro brujo chino y su dragón. Al mismo tiempo, Dave tendrá que salvar a Becky (Teresa Palmer), la chica que ama.
Con un guiño musical a “El aprendiz de brujo” de la mítica “Fantasía” –sin duda, la mejor escena de la película-, todo lo demás es una aparatosa, ruidosa y embrollada sucesión de escenas de acción con espléndidos, eso sí, efectos especiales. La historia, por lo demás, es un típico producto para adolescentes: muchas escenas de luchas, mucho espectáculo, magia a raudales, unas gotas de amor y argumento sin demasiada sustancia.
martes, 27 de julio de 2010
Airbender, el último guerrero
Basada en la serie animada de televisión de Nickelodeon “Avatar: The Last Airbender”, esta película de acción real, dirigida por M. Night Shyamalan para la Paramount, recrea un mundo épico desmesurado, protagonizado por la fantasía y las artes marciales.
La civilización humana se divide en cuatro naciones: Agua, Tierra, Aire y Fuego. La Nación del Fuego está librando una guerra despiadada y opresiva contra las otras tres naciones. El héroe de la película, un maestro del Aire, el joven Aang (Noah Ringer), es el avatar reencarnado que, de acuerdo con la profecía, tiene la capacidad de regir todos los elementos y de unir de nuevo todas las naciones en la paz. Ayudado por una maestra del Agua llamada Katara (Nicola Peltz) y su hermano Sokka (Jackson Rathbone), Aang emprende un peligroso viaje para devolverle el equilibrio a su mundo destrozado por la guerra.
Rodada en 2D, aunque reconvertida al 3D en postproducción, se trata a pesar de todo de una aventura mediocre y muy tediosa, que no llega a atrapar al espectador. La música es envolvente y cansina, no da un respiro. Los guiones no sabes por dónde van, ni explican bien las razones que mueven a los personajes. Y en cuanto al reparto, en su mayoría joven, el único que es convincente es Dev Patel (el entrañable Jamal protagonista de “Slumdog millionaire”), que interpreta al vengativo príncipe Zuko. Tiene, eso sí, espectaculares efectos especiales y escenarios grandiosos.
Por su mucha acción y poca sustancia, gustará a adolescentes aficionados a los videojuegos y a los cómics.
La civilización humana se divide en cuatro naciones: Agua, Tierra, Aire y Fuego. La Nación del Fuego está librando una guerra despiadada y opresiva contra las otras tres naciones. El héroe de la película, un maestro del Aire, el joven Aang (Noah Ringer), es el avatar reencarnado que, de acuerdo con la profecía, tiene la capacidad de regir todos los elementos y de unir de nuevo todas las naciones en la paz. Ayudado por una maestra del Agua llamada Katara (Nicola Peltz) y su hermano Sokka (Jackson Rathbone), Aang emprende un peligroso viaje para devolverle el equilibrio a su mundo destrozado por la guerra.
Rodada en 2D, aunque reconvertida al 3D en postproducción, se trata a pesar de todo de una aventura mediocre y muy tediosa, que no llega a atrapar al espectador. La música es envolvente y cansina, no da un respiro. Los guiones no sabes por dónde van, ni explican bien las razones que mueven a los personajes. Y en cuanto al reparto, en su mayoría joven, el único que es convincente es Dev Patel (el entrañable Jamal protagonista de “Slumdog millionaire”), que interpreta al vengativo príncipe Zuko. Tiene, eso sí, espectaculares efectos especiales y escenarios grandiosos.
Por su mucha acción y poca sustancia, gustará a adolescentes aficionados a los videojuegos y a los cómics.
sábado, 26 de junio de 2010
En la boda de mi hermana
Beth (Kristen Bell) viaja a Roma para asistir a la boda de su hermana. Allí conoce a Nick (Josh Duhamel), un reportero amigo del novio, y se atraen mutuamente. Pero desilusionada con él, desafía a la estatua de una “diosa del amor” y recoge unas monedas de su fuente. En ese momento provoca la pasión de los propietarios de aquellas monedas: un viejo magnate de salchichas, un mago callejero, un pintor bohemio y un modelo narcisista, que la persiguen a todas horas disputándose su amor. De vuelta a Nueva York se reencuentra con el encantador reportero, y piensa que él también está bajo la influencia del embrujo. Así que tiene que buscar la manera de deshacer el hechizo para tratar de averiguar si su amor es el verdadero.
Éste es el estúpido argumento de una estúpida comedia con unos estúpidos guiones, sin chispa, sin energía, sin ni siquiera gracia. Prometía algo mejor: el contraste de dos ciudades como Nueva York y Roma, el entorno glamouroso de una boda, unos protagonistas atractivos. Pero es todo tan ñoño e insulso… Una de las películas más aburridas y bobas que he visto en muchos años.
Éste es el estúpido argumento de una estúpida comedia con unos estúpidos guiones, sin chispa, sin energía, sin ni siquiera gracia. Prometía algo mejor: el contraste de dos ciudades como Nueva York y Roma, el entorno glamouroso de una boda, unos protagonistas atractivos. Pero es todo tan ñoño e insulso… Una de las películas más aburridas y bobas que he visto en muchos años.
miércoles, 9 de junio de 2010
La última cima
Es la historia real y conmovedora de un sacerdote llamado Pablo Domínguez, decano de la Facultad de Teología de San Dámaso, que murió en 2009 en un accidente de montaña con tan sólo 42 años. Ha sido una productora española, Infinito Más Uno, la que se ha encargado del proyecto, con más dosis de creatividad e ingenio que de presupuesto, aunque la cinta resulta una emotiva e incluso divertida película.
Juan Manuel Cotelo, el director, presenta él mismo el film de una manera poco convencional, hablando de la dificultad de haberse “metido en líos” al acometer esta tarea, ya que no se trata de un cura pederasta, ni ladrón, ni manipulador ávido de poder, ni, en el mejor de los casos, un misionero en una selva perdida. Sino de un sacerdote “normal”, cuya vida merece ser contada por sus numerosas cualidades: alegre, piadoso, listo, intelectual, apuesto, cercano, entregado a los demás. Todos los que le conocieron guardan recuerdos personales imborrables de su amistad y cariño y cuentan testimonios conmovedores.
Con insistencia le pedían que predicara ejercicios espirituales. Y no sabía decir que no. Eso le llevó al convento cisterciense de Tulebras (Navarra) en febrero de 2009. Les habló de la muerte, y lo hizo con alegría. Al día siguiente subió al Moncayo, la única cima española de más de 2.000 metros que le quedaba por conquistar. Las últimas palabras que dijo a su familia por teléfono, unos minutos antes de morir, fueron: «He llegado a la cima».
El director muestra el testimonio de muchas personas que trataron a Domínguez: otros sacerdotes y obispos, alumnos y alumnas de la facultad de teología de San Dámaso, padres y hermanos, amigos... También hay fragmentos de una conferencia, de una entrevista y de unos ejercicios espirituales.
Pero el acierto es combinar todo este material con la opinión de personas de la calle que hablan de lo que piensan de los sacerdotes en la actualidad. Lo que le permite abordar temas como el celibato, la celebración de la misa y lo que debe ser un sermón, la confesión, los momentos de contradicción, la muerte...
Merece la pena ir a verla cuanto antes, pues no durará mucho en los cines.
Juan Manuel Cotelo, el director, presenta él mismo el film de una manera poco convencional, hablando de la dificultad de haberse “metido en líos” al acometer esta tarea, ya que no se trata de un cura pederasta, ni ladrón, ni manipulador ávido de poder, ni, en el mejor de los casos, un misionero en una selva perdida. Sino de un sacerdote “normal”, cuya vida merece ser contada por sus numerosas cualidades: alegre, piadoso, listo, intelectual, apuesto, cercano, entregado a los demás. Todos los que le conocieron guardan recuerdos personales imborrables de su amistad y cariño y cuentan testimonios conmovedores.
Con insistencia le pedían que predicara ejercicios espirituales. Y no sabía decir que no. Eso le llevó al convento cisterciense de Tulebras (Navarra) en febrero de 2009. Les habló de la muerte, y lo hizo con alegría. Al día siguiente subió al Moncayo, la única cima española de más de 2.000 metros que le quedaba por conquistar. Las últimas palabras que dijo a su familia por teléfono, unos minutos antes de morir, fueron: «He llegado a la cima».
El director muestra el testimonio de muchas personas que trataron a Domínguez: otros sacerdotes y obispos, alumnos y alumnas de la facultad de teología de San Dámaso, padres y hermanos, amigos... También hay fragmentos de una conferencia, de una entrevista y de unos ejercicios espirituales.
Pero el acierto es combinar todo este material con la opinión de personas de la calle que hablan de lo que piensan de los sacerdotes en la actualidad. Lo que le permite abordar temas como el celibato, la celebración de la misa y lo que debe ser un sermón, la confesión, los momentos de contradicción, la muerte...
Merece la pena ir a verla cuanto antes, pues no durará mucho en los cines.
martes, 1 de junio de 2010
La última canción
Basado en el último libro del escritor Nicholas Sparks “The last song” -que ha participado en el guión-, la Touchstone Pictures presenta un melodrama, romántico y algo lacrimógeno, que tiene lugar en una pequeña ciudad del sur de los Estados Unidos, en un paisaje idílico de la costa.
Un padre separado (Greg Kinnear) recibe durante el verano a sus dos hijos: una huraña adolescente, Ronnie (Miley Cyrus), que hubiera preferido pasar las vacaciones con su madre en Nueva York, y su hermano menor de 10 años, Jonas (Bobby Coleman), quien adora a su padre. El padre trata de volver a conectar con su hija a través de lo único que tienen en común, la música y el piano. En el pueblo, Ronnie a duras penas hace amistades y pasa por ser una chica rara, pero conoce a Will (Liam Hemsworth), un muchacho guaperas que esconde más de un secreto y un gran corazón.
Es una historia de perdón, de segundas oportunidades y de primeros amores. Valores como el bien y el mal, la lealtad y la amistad, el trabajo, la alegría de vivir y simpáticas pinceladas de ecologismo salpican toda la trama, que se hace muy entretenida. Una pena que, como siempre, todo arranque de una familia rota, y que las separaciones figuren como algo “inevitable” con el paso de los años.
Miley Cyrus, como chica rebelde, desempeña bien su papel; pero quien está verdaderamente soberbio es el pequeño Bobby Coleman, en su papel de Jonas, que transmite autenticidad en cada una de sus intervenciones. Buena música y escenas encantadoras como las rodadas en el Acuario o la de las vidrieras de la iglesia.
Aconsejo verla en versión original subtitulada, ya que –como suele ser habitual- pierde bastante al ser traducida. Chiflará a las adolescentes.
Es una historia de perdón, de segundas oportunidades y de primeros amores. Valores como el bien y el mal, la lealtad y la amistad, el trabajo, la alegría de vivir y simpáticas pinceladas de ecologismo salpican toda la trama, que se hace muy entretenida. Una pena que, como siempre, todo arranque de una familia rota, y que las separaciones figuren como algo “inevitable” con el paso de los años.
Miley Cyrus, como chica rebelde, desempeña bien su papel; pero quien está verdaderamente soberbio es el pequeño Bobby Coleman, en su papel de Jonas, que transmite autenticidad en cada una de sus intervenciones. Buena música y escenas encantadoras como las rodadas en el Acuario o la de las vidrieras de la iglesia.
Aconsejo verla en versión original subtitulada, ya que –como suele ser habitual- pierde bastante al ser traducida. Chiflará a las adolescentes.
jueves, 20 de mayo de 2010
Prince of Persia: las Arenas del Tiempo
Walt Disney y Jerry Bruckheimer, el equipo que llevó “Piratas del Caribe” a la pantalla grande, nos trae ahora esta aventura situada en la Persia del siglo VI. Dirigida por Mike Newell, director de “Harry Potter y el Cáliz de Fuego”, cuenta la historia de Dastan (Jake Gyllenhaal), un joven y rebelde príncipe, aunque de origen humilde, que tiene que huir de su país para no morir. Se ve forzado a unirse a la misteriosa y bella princesa Tamina (Gemma Arterton) para salvaguardar una antigua daga capaz de liberar las Arenas del Tiempo. La misteriosa daga, que quieren conseguir a cualquier precio los traidores, es un regalo de los dioses que tiene la capacidad de volver atrás el tiempo si se derrama de su empuñadura un poco de arena, y otorga, por ello, a su dueño el poder absoluto sobre el mundo, ya que puede cambiar los acontecimientos.
Fantasía trepidante a lo Indiana Jones, con efectos especiales de última generación en luchas y escenas de acción realmente inverosímiles, y una atmósfera mágica que se consigue con una fotografía sepia y la luz cegadora del sur de Marruecos, donde se rodó la mayor parte del film. De todo ello se obtiene una película muy Disney, una película de aventuras genuina, con traidores y hechiceros siniestros, serpientes espeluznantes, sortilegios, luchas y batallas, humor y mucho romanticismo. Y hasta una carrera de avestruces...
Un verdadero cuento a lo Aladino, que gustará mucho al público juvenil.
Fantasía trepidante a lo Indiana Jones, con efectos especiales de última generación en luchas y escenas de acción realmente inverosímiles, y una atmósfera mágica que se consigue con una fotografía sepia y la luz cegadora del sur de Marruecos, donde se rodó la mayor parte del film. De todo ello se obtiene una película muy Disney, una película de aventuras genuina, con traidores y hechiceros siniestros, serpientes espeluznantes, sortilegios, luchas y batallas, humor y mucho romanticismo. Y hasta una carrera de avestruces...
Un verdadero cuento a lo Aladino, que gustará mucho al público juvenil.
jueves, 13 de mayo de 2010
Robin Hood
Russell Crowe vuelve a sus orígenes, es decir, a ser un gladiator en estado puro. Porque se unen de nuevo Ridley Scott (director de Gladiator) y Russell Crowe como héroe épico de una leyenda que ha sido llevada más de treinta veces a la pantalla grande, la primera en 1913 y la última en 2006. Todo el mundo recuerda la célebre versión protagonizada por Errol Flyn en 1938 o la de Kevin Costner en 1991.
¿Héroe o forajido? La película, que inauguró el Festival de Cannes, tiene un enfoque distinto del habitual: no se centra en las aventuras del proscrito “que roba a los ricos para darlo a los pobres” en el bosque de Sherwood, sino que explica cómo un hombre de humilde cuna se convierte en un símbolo de libertad para su pueblo y narra la razón de su ostracismo. Y en este sentido es un acierto, porque no es más de lo mismo.
El contexto histórico es la Inglaterra de principios del siglo XIII. Robin Longstride es un experto arquero al servicio del rey Ricardo Corazón de León, que vuelve de la Tercera Cruzada. Al morir el rey en el asedio a un castillo en Francia, Robin vuelve a Nottingham, una ciudad aplastada por los impuestos. Allí se enamora de lady Marion Loxley (Cate Blanchett), señora del lugar, al hacerse pasar por su marido, ya muerto, para que ésta no pierda sus posesiones. Pero comienza una guerra civil entre los partidarios del tiránico rey Juan y los nobles, que desean una monarquía regida por una Carta Magna que les garantice una cierta protección legal. Francia, además, intenta conquistar los territorios británicos al ver la debilidad y la ineptitud del nuevo rey. Robin se verá inmerso en estas luchas y sufre en sus carnes la venganza del rey.
La película, de Universal Pictures, tiene mucha acción, una fotografía y un movimiento de cámaras extraordinarios en las impresionantes escenas bélicas y una puesta en escena grandiosa, con atmósferas realistas y paisajes maravillosos rodados en Gales. El carcaj y las flechas cobran gran protagonismo, como el espectacular “vuelo” a cámara lenta de la saeta crucial que dispara Robin Hood en una de las escenas finales. Los compañeros de Robin, los merry men y el célebre fraile borrachín, son tratados con humor, y el personaje de Lady Marion, interpretado por Cate Blanchett, no se trata de una débil doncella, sino de una mujer con fuerte personalidad pese a la escuálida y pálida figura de la actriz, que recuerda mucho a la etérea Galadriel de “El Señor de los Anillos”.
Es una excelente película de principio a fin, muy visual, con un guión correcto (quizás con demasiadas explicaciones en off al principio), inscrita en un cuadro deslumbrante que parece trasladarnos totalmente al siglo XIII. Contiene bastante violencia, pero no es sangrienta ni desagradable. Para jóvenes/adultos.
¿Héroe o forajido? La película, que inauguró el Festival de Cannes, tiene un enfoque distinto del habitual: no se centra en las aventuras del proscrito “que roba a los ricos para darlo a los pobres” en el bosque de Sherwood, sino que explica cómo un hombre de humilde cuna se convierte en un símbolo de libertad para su pueblo y narra la razón de su ostracismo. Y en este sentido es un acierto, porque no es más de lo mismo.
El contexto histórico es la Inglaterra de principios del siglo XIII. Robin Longstride es un experto arquero al servicio del rey Ricardo Corazón de León, que vuelve de la Tercera Cruzada. Al morir el rey en el asedio a un castillo en Francia, Robin vuelve a Nottingham, una ciudad aplastada por los impuestos. Allí se enamora de lady Marion Loxley (Cate Blanchett), señora del lugar, al hacerse pasar por su marido, ya muerto, para que ésta no pierda sus posesiones. Pero comienza una guerra civil entre los partidarios del tiránico rey Juan y los nobles, que desean una monarquía regida por una Carta Magna que les garantice una cierta protección legal. Francia, además, intenta conquistar los territorios británicos al ver la debilidad y la ineptitud del nuevo rey. Robin se verá inmerso en estas luchas y sufre en sus carnes la venganza del rey.
La película, de Universal Pictures, tiene mucha acción, una fotografía y un movimiento de cámaras extraordinarios en las impresionantes escenas bélicas y una puesta en escena grandiosa, con atmósferas realistas y paisajes maravillosos rodados en Gales. El carcaj y las flechas cobran gran protagonismo, como el espectacular “vuelo” a cámara lenta de la saeta crucial que dispara Robin Hood en una de las escenas finales. Los compañeros de Robin, los merry men y el célebre fraile borrachín, son tratados con humor, y el personaje de Lady Marion, interpretado por Cate Blanchett, no se trata de una débil doncella, sino de una mujer con fuerte personalidad pese a la escuálida y pálida figura de la actriz, que recuerda mucho a la etérea Galadriel de “El Señor de los Anillos”.
Es una excelente película de principio a fin, muy visual, con un guión correcto (quizás con demasiadas explicaciones en off al principio), inscrita en un cuadro deslumbrante que parece trasladarnos totalmente al siglo XIII. Contiene bastante violencia, pero no es sangrienta ni desagradable. Para jóvenes/adultos.
lunes, 3 de mayo de 2010
El Pastel de Bodas
Bérengère (Clémence Poésy) y Vincent (Jérémie Renier) se casan según dicta la tradición de la buena sociedad burguesa: de blanco y de etiqueta, en una pequeña iglesia en la campiña francesa y lo celebran en un magnífico chateau por todo lo alto. Siguiendo la costumbre, ambas familias y los amigos se encuentran en un bonito día de primavera. Pero enseguida se pone de manifiesto la forma de ser de cada uno, sus contradicciones, sus problemas, sus fobias y las relaciones difíciles entre unos y otros, incluso con momentos muy tensos y situaciones surrealistas. Además, durante la fiesta se descubrirá un grave secreto familiar que a todos trastorna.
En esta comedia de corte romántico, pero llena de un humor tremendamente ácido, el director francés Denys Granier-Deferre hace hincapié en la hipocresía de cierta sociedad que sigue ciegamente las costumbres sin creer ni poner el corazón en ellas. Y en ese aspecto estoy de acuerdo con esta crítica.
Sin embargo, las relaciones amorosas entre los personajes y especialmente todo lo que se refiere al matrimonio eclesiástico, está imbuido de mucho desencanto y crítica descarnada. Mucha gente se casa “por la iglesia” por lo lucida que es la ceremonia, sin creer en el sacramento ni en el compromiso de fidelidad que está adoptando de por vida. Hay momentos en que arranca la carcajada por lo bien que refleja este fenómeno social tan actual del boato sin alma.
Al ser una producción coral, los personajes están hábilmente dibujados, aunque tengan “pocas frases”, cada uno con su drama particular y sus prejuicios, como en el caso de la niña con Síndrome de Down. Lo que no se entiende bien es la actitud contradictoria del sacerdote, entre sus creencias, bastante rutinarias por cierto, y su modo de actuar: no tiene ningún sentido, y sin embargo, lo pintan como el elemento más humano.
Toda la película se inscribe en un marco de gran elegancia visual, de bellos planos, con un montaje sereno y una música llena de contrastes, de un clasicismo refinado, que a veces no “pega” con lo que está pasando, intentando llevar al desconcierto. Por ejemplo, la música es alegre cuando los personajes están tristes, y viceversa.
Es una película para adultos por la complejidad de los matices que narra.
En esta comedia de corte romántico, pero llena de un humor tremendamente ácido, el director francés Denys Granier-Deferre hace hincapié en la hipocresía de cierta sociedad que sigue ciegamente las costumbres sin creer ni poner el corazón en ellas. Y en ese aspecto estoy de acuerdo con esta crítica.
Sin embargo, las relaciones amorosas entre los personajes y especialmente todo lo que se refiere al matrimonio eclesiástico, está imbuido de mucho desencanto y crítica descarnada. Mucha gente se casa “por la iglesia” por lo lucida que es la ceremonia, sin creer en el sacramento ni en el compromiso de fidelidad que está adoptando de por vida. Hay momentos en que arranca la carcajada por lo bien que refleja este fenómeno social tan actual del boato sin alma.
Al ser una producción coral, los personajes están hábilmente dibujados, aunque tengan “pocas frases”, cada uno con su drama particular y sus prejuicios, como en el caso de la niña con Síndrome de Down. Lo que no se entiende bien es la actitud contradictoria del sacerdote, entre sus creencias, bastante rutinarias por cierto, y su modo de actuar: no tiene ningún sentido, y sin embargo, lo pintan como el elemento más humano.
Toda la película se inscribe en un marco de gran elegancia visual, de bellos planos, con un montaje sereno y una música llena de contrastes, de un clasicismo refinado, que a veces no “pega” con lo que está pasando, intentando llevar al desconcierto. Por ejemplo, la música es alegre cuando los personajes están tristes, y viceversa.
Es una película para adultos por la complejidad de los matices que narra.
martes, 6 de abril de 2010
Alicia en el País de las Maravillas
La Walt Disney da una vuelta de tuerca más a uno de los cuentos más queridos de todos los tiempos. La “Alicia” de Tim Burton combina la belleza de los libros de Lewis Carroll “Alicia en el país de las Maravillas” (1865) y “A través del espejo” (1871) con increíbles efectos especiales, como no podía ser menos, y la magia del visionario director y su intérprete preferido, Johnny Depp.
La película contiene una incisiva crítica social, bastante caricaturizada. Alicia (Mia Wasikowska) tiene ya 19 años y se dispone a entrar en el mundo de los adultos mediante el compromiso matrimonial con un patán. Huyendo de tanto convencionalismo insoportable, cae por el agujero que la lleva de nuevo a la madriguera del Conejo Blanco. Allí se reencuentra, aunque ella no lo recuerde ya, con los antiguos amigos de su primera aventura cuando tenía 7 años: Tweedledee y Tweedledum, la sabia Oruga Absolem, el sonriente Gato de Cheshire, y por supuesto, el delirante Sombrerero Loco, al que da vida Johnny Depp. Pero también tiene que vérselas con la cabezona Reina Roja, interpretada por Helena Bonham Carter y con la cursi pero inquietante Reina Blanca, una bella Anne Hathaway. Alicia deberá cumplir una peligrosa misión.
La película no se parece en absoluto a la versión infantil de 1951 de la Walt Disney; es más bien una historia gótica, muy característica de Burton, llena de fantasía pero con momentos algo tétricos. La alocada merienda en el bosque entre el Sombrerero Loco, la Liebre de Marzo y el Lirón es para mí una de las escenas memorables y no defrauda.
Apenas hay decorados, todo está creado con efectos especiales e, incluso, muchas de las características personales están alteradas. Por ejemplo, la cabeza de la Reina Roja está manipulada en postproducción hasta parecer grotescamente hinchada, también se han agrandado ligeramente los ojos del Sombrerero Loco para darle esa mirada exaltada y el cuerpo de la Sota es totalmente virtual.
Un aspecto que merece la pena destacarse es el del vestuario. La diseñadora Colleen Atwood tuvo que emplearse a fondo para crear los trajes que viste la cambiante Alicia. Mientras el resto de los personajes no cambian de atuendo en todo el metraje, el rico guardarropa de la protagonista se transforma también al ritmo de sus vertiginosos aumentos y disminuciones de tamaño. La diseñadora tuvo que elaborar diferentes medidas de trajes del mismo diseño y con el mismo estampado y características.
La película responde a las expectativas y propaganda mediática creadas de antemano, pero no es una película infantil y yo no la recomendaría para menores de 8-10 años. Merece la pena verla en 3D.
La película contiene una incisiva crítica social, bastante caricaturizada. Alicia (Mia Wasikowska) tiene ya 19 años y se dispone a entrar en el mundo de los adultos mediante el compromiso matrimonial con un patán. Huyendo de tanto convencionalismo insoportable, cae por el agujero que la lleva de nuevo a la madriguera del Conejo Blanco. Allí se reencuentra, aunque ella no lo recuerde ya, con los antiguos amigos de su primera aventura cuando tenía 7 años: Tweedledee y Tweedledum, la sabia Oruga Absolem, el sonriente Gato de Cheshire, y por supuesto, el delirante Sombrerero Loco, al que da vida Johnny Depp. Pero también tiene que vérselas con la cabezona Reina Roja, interpretada por Helena Bonham Carter y con la cursi pero inquietante Reina Blanca, una bella Anne Hathaway. Alicia deberá cumplir una peligrosa misión.
La película no se parece en absoluto a la versión infantil de 1951 de la Walt Disney; es más bien una historia gótica, muy característica de Burton, llena de fantasía pero con momentos algo tétricos. La alocada merienda en el bosque entre el Sombrerero Loco, la Liebre de Marzo y el Lirón es para mí una de las escenas memorables y no defrauda.
Apenas hay decorados, todo está creado con efectos especiales e, incluso, muchas de las características personales están alteradas. Por ejemplo, la cabeza de la Reina Roja está manipulada en postproducción hasta parecer grotescamente hinchada, también se han agrandado ligeramente los ojos del Sombrerero Loco para darle esa mirada exaltada y el cuerpo de la Sota es totalmente virtual.
Un aspecto que merece la pena destacarse es el del vestuario. La diseñadora Colleen Atwood tuvo que emplearse a fondo para crear los trajes que viste la cambiante Alicia. Mientras el resto de los personajes no cambian de atuendo en todo el metraje, el rico guardarropa de la protagonista se transforma también al ritmo de sus vertiginosos aumentos y disminuciones de tamaño. La diseñadora tuvo que elaborar diferentes medidas de trajes del mismo diseño y con el mismo estampado y características.
La película responde a las expectativas y propaganda mediática creadas de antemano, pero no es una película infantil y yo no la recomendaría para menores de 8-10 años. Merece la pena verla en 3D.
lunes, 29 de marzo de 2010
Cómo entrenar a tu dragón
Otra espectacular producción de animación en 3D de los creadores de “Shrek”, “Madagascar” y “Kung Fu Panda”. Dirigida por Chris Sanders y Dean DeBlois, “Cómo entrenar a tu dragón” llega de la mano de DreamsWorks, que ha comercializado también el divertido videojuego de la película para la PlayStation3, Xbox 360, la Wii y la Nintendo DS.
Ambientada en el arcaico mundo de los rudos vikingos y los míticos dragones, cuenta la aventura trepidante de Hipo, un enclenque vikingo adolescente, hijo del jefe, que no acaba de encajar en la antiquísima tradición de su tribu como cazadora de dragones. Hasta que derriba a Furia Nocturna, la especie más rara e imposible de matar de todos los dragones. Entonces se da cuenta de que toda la vida han estado viviendo en la ignorancia en relación a los dragones y que es posible ver el mundo desde otro punto de vista.
La película es excelente, tanto en el contenido, como en la forma. Las especies de dragones tienen un aire pokemon, con divertidos nombres (Nader Mortífero, Pesadilla Monstruosa, Cremallerus Espantosus o Muerte Roja) y características especiales que les hace únicos, así como su manera de cazarlos… o entrenarlos. Hipo siempre puede contar con sus amigos, especialmente con Astrid, la intrépida vikinga, que es la primera en sospechar que Hipo mantiene un secreto: su amistad con un dragón. Al mismo tiempo, el film suministra mensajes con valores, como que con frecuencia ubicamos nuestra vida y nuestra sociedad sobre pilares de prejuicios, que pocas veces nos escuchamos y que la discapacidad no le hace a uno menos valioso.
La animación, el desarrollo de la acción y los fondos de paisajes son bellísimos, por ejemplo, la escena de la aurora boreal, las imágenes que se desarrollan en el agua y el fuego, y los vertiginosos vuelos de los protagonistas a lomo de los dragones.
Es, desde luego, una película para disfrutarla en 3D y en IMAX. Niños y mayores lo pasarán en grande. Una opción estupenda para estas vacaciones de Semana Santa.
Ambientada en el arcaico mundo de los rudos vikingos y los míticos dragones, cuenta la aventura trepidante de Hipo, un enclenque vikingo adolescente, hijo del jefe, que no acaba de encajar en la antiquísima tradición de su tribu como cazadora de dragones. Hasta que derriba a Furia Nocturna, la especie más rara e imposible de matar de todos los dragones. Entonces se da cuenta de que toda la vida han estado viviendo en la ignorancia en relación a los dragones y que es posible ver el mundo desde otro punto de vista.
La película es excelente, tanto en el contenido, como en la forma. Las especies de dragones tienen un aire pokemon, con divertidos nombres (Nader Mortífero, Pesadilla Monstruosa, Cremallerus Espantosus o Muerte Roja) y características especiales que les hace únicos, así como su manera de cazarlos… o entrenarlos. Hipo siempre puede contar con sus amigos, especialmente con Astrid, la intrépida vikinga, que es la primera en sospechar que Hipo mantiene un secreto: su amistad con un dragón. Al mismo tiempo, el film suministra mensajes con valores, como que con frecuencia ubicamos nuestra vida y nuestra sociedad sobre pilares de prejuicios, que pocas veces nos escuchamos y que la discapacidad no le hace a uno menos valioso.
La animación, el desarrollo de la acción y los fondos de paisajes son bellísimos, por ejemplo, la escena de la aurora boreal, las imágenes que se desarrollan en el agua y el fuego, y los vertiginosos vuelos de los protagonistas a lomo de los dragones.
Es, desde luego, una película para disfrutarla en 3D y en IMAX. Niños y mayores lo pasarán en grande. Una opción estupenda para estas vacaciones de Semana Santa.
miércoles, 10 de marzo de 2010
Los Niños de Timpelbach
Adaptación de un cuento infantil que influyó enormemente en el guionista y director, Nicolas Bary, cuando lo leyó con 9 años. Ahora, ha cumplido su sueño de hacer esta película con los personajes y atmósfera que había imaginado desde la infancia.
En el pueblo de Timbelbach, una imaginaria y mágica aldea, los niños no hacen más que travesuras y se resisten a la autoridad de sus padres y maestra. Todos están hartos de ellos, hasta que deciden desaparecer 24 horas y ver cómo se las apañan sin ellos. Pero todo se complicará. Los niños, por su parte, se alegran de estar solos, pero acaban enfrentándose en dos bandas: la de los gamberros, encabezados por Oscar, y la de los juiciosos, liderados por Marianne, que decide que hay que trabajar para que todo funcione lo mejor posible.
La película, de firma francesa, cuenta en el reparto con Gerard Depardieu y Carole Bouquet, con papeles pequeños, junto a 25 niños entre los 7 y los 13 años, que son los que verdaderamente llevan el peso del guión. Todo se desarrolla en una atmósfera como de cuento de hadas, con multitud de detalles surrealistas a lo Tim Burtom, de gran colorido, y ubicado en un momento histórico intemporal. El vestuario de los adultos, por ejemplo, creado por Patrick Lebreton, es brillante y ecléctico, sobre todo el de la histriónica maestra, inspirado en el Siglo de Oro español, pero también los diferentes personajes visten como en la belle epoque, como en los años 30, con uniformes militares del siglo XIX o con togas y pelucas del XVII, según su papel. El de los niños es una mescolanza de estilos con bastante imaginación.
La excelente fotografía del film hace dudar de si la película se desarrolla en un escenario natural o en estudio. Se buscó en la Alsacia y en Aveyron un pueblo de aspecto medieval y mágico, y se acoplaron también excelentes decorados. Los maravillosos bosques otoñales pertenecen a Luxemburgo.
Pero la historia en sí es flojita y “dejà vu”: niños que se encuentran de repente solos y tienen que organizarse para comer, trabajar, etc, con el aliciente de que pueden hacer lo que quieran sin la cortapisa del adulto mandón. Son como los “niños perdidos” de Peter Pan. Aunque con intención crítica, se carga demasiado la mano en las escenas en que los niños, imitando el mal comportamiento de los adultos, se dedican al juego, a fumar y a beber, con ligeros detalles de crudo realismo. A pesar de todo, los niños estarán deseando reencontrarse con sus familias. El papel de los adultos no tiene matices, pero es así adrede, pues se quiere caricaturizar los roles sociales que encarnan: el alcalde, el alguacil, la maestra, el cura, los comerciantes…
“Los Niños de Timpelbach”, de la productora Filns&Pinículas, ha ganado un premio en el Festival Internacional de Cine de Gijón, es agradable de ver y divertirá a toda la familia.
En el pueblo de Timbelbach, una imaginaria y mágica aldea, los niños no hacen más que travesuras y se resisten a la autoridad de sus padres y maestra. Todos están hartos de ellos, hasta que deciden desaparecer 24 horas y ver cómo se las apañan sin ellos. Pero todo se complicará. Los niños, por su parte, se alegran de estar solos, pero acaban enfrentándose en dos bandas: la de los gamberros, encabezados por Oscar, y la de los juiciosos, liderados por Marianne, que decide que hay que trabajar para que todo funcione lo mejor posible.
La película, de firma francesa, cuenta en el reparto con Gerard Depardieu y Carole Bouquet, con papeles pequeños, junto a 25 niños entre los 7 y los 13 años, que son los que verdaderamente llevan el peso del guión. Todo se desarrolla en una atmósfera como de cuento de hadas, con multitud de detalles surrealistas a lo Tim Burtom, de gran colorido, y ubicado en un momento histórico intemporal. El vestuario de los adultos, por ejemplo, creado por Patrick Lebreton, es brillante y ecléctico, sobre todo el de la histriónica maestra, inspirado en el Siglo de Oro español, pero también los diferentes personajes visten como en la belle epoque, como en los años 30, con uniformes militares del siglo XIX o con togas y pelucas del XVII, según su papel. El de los niños es una mescolanza de estilos con bastante imaginación.
La excelente fotografía del film hace dudar de si la película se desarrolla en un escenario natural o en estudio. Se buscó en la Alsacia y en Aveyron un pueblo de aspecto medieval y mágico, y se acoplaron también excelentes decorados. Los maravillosos bosques otoñales pertenecen a Luxemburgo.
Pero la historia en sí es flojita y “dejà vu”: niños que se encuentran de repente solos y tienen que organizarse para comer, trabajar, etc, con el aliciente de que pueden hacer lo que quieran sin la cortapisa del adulto mandón. Son como los “niños perdidos” de Peter Pan. Aunque con intención crítica, se carga demasiado la mano en las escenas en que los niños, imitando el mal comportamiento de los adultos, se dedican al juego, a fumar y a beber, con ligeros detalles de crudo realismo. A pesar de todo, los niños estarán deseando reencontrarse con sus familias. El papel de los adultos no tiene matices, pero es así adrede, pues se quiere caricaturizar los roles sociales que encarnan: el alcalde, el alguacil, la maestra, el cura, los comerciantes…
“Los Niños de Timpelbach”, de la productora Filns&Pinículas, ha ganado un premio en el Festival Internacional de Cine de Gijón, es agradable de ver y divertirá a toda la familia.
miércoles, 10 de febrero de 2010
The lovely bones
Se trata de una fascinante historia, narrada por la propia protagonista, Susie Salmon, una chica de 14 años que cuenta cómo fue asesinada cuando volvía de colegio, y las repercusiones que su desaparición tiene en su familiar y amigos. En dos planos paralelos, vemos su desconcierto después de su muerte, vagando por una especie de limbo, y el drama de su familia, sobre todo de su padre que se empeña en descubrir quien la mató ante la incapacidad de la policía por encontrar el cadáver.
Atrapada en un más allá intermedio, luminoso y onírico, que recuerda mucho a la producción “Más allá de los sueños”, de Steven Spielberg (uno de los productores), Susie no se decide a cortar los hilos y seguir su camino mientras su asesino, uno de sus vecinos, ande suelto y con ganas de matar otra vez. Susie tenía toda una vida por delante, muchas ilusiones que cumplir como entusiasta fotógrafa y un amor incipiente que la llenaba de ilusión. Por eso, sigue junto a sus padres, sus dos hermanos y su abuela, sin darse cuenta de que la vida debe continuar sin ella y sus padres han de reponerse del golpe.
La película está basada en una novela de Alice Sebold, “The lovely Bones” (Los huesos amados), que ya escribió otra titulada “Desde mi cielo”. La protagonizan Mark Wahlberg, Rachel Weisz, Susan Sarandon, Stanley Tucci, Michael Imperioli y Saoirse Ronan en el papel de Susie. La dirección ha corrido a cargo de Peter Jackson y ha sido producida por Dream Works y Film4.
Aunque la tragedia es manifiesta, hay momentos verdaderamente bellos gracias a una fotografía daliniana esplendorosa y llena de poesía, pero totalmente al margen de evocaciones religiosas. Aquí, el Cielo de los cristianos no aparece por ninguna parte, más bien se describe como un lugar en el que los recuerdos se borran y ya no tienes nada que ver con los seres queridos que andan aún en la Tierra... Nada más alejado de la doctrina cristiana.
Al mismo tiempo, y en el plano crudo y real, hay un claro mensaje de aviso a las adolescentes incautas que se dejan engatusar por desconocidos. Pero la historia no es triste en sí: en el fondo subyace un optimismo y un horizonte de esperanza, donde la venganza al final se resuelve por sí misma. Especial importancia le daría tanto al sonido en general como a la música, pues consiguen momentos de tensión muy intensos.
Atrapada en un más allá intermedio, luminoso y onírico, que recuerda mucho a la producción “Más allá de los sueños”, de Steven Spielberg (uno de los productores), Susie no se decide a cortar los hilos y seguir su camino mientras su asesino, uno de sus vecinos, ande suelto y con ganas de matar otra vez. Susie tenía toda una vida por delante, muchas ilusiones que cumplir como entusiasta fotógrafa y un amor incipiente que la llenaba de ilusión. Por eso, sigue junto a sus padres, sus dos hermanos y su abuela, sin darse cuenta de que la vida debe continuar sin ella y sus padres han de reponerse del golpe.
La película está basada en una novela de Alice Sebold, “The lovely Bones” (Los huesos amados), que ya escribió otra titulada “Desde mi cielo”. La protagonizan Mark Wahlberg, Rachel Weisz, Susan Sarandon, Stanley Tucci, Michael Imperioli y Saoirse Ronan en el papel de Susie. La dirección ha corrido a cargo de Peter Jackson y ha sido producida por Dream Works y Film4.
Aunque la tragedia es manifiesta, hay momentos verdaderamente bellos gracias a una fotografía daliniana esplendorosa y llena de poesía, pero totalmente al margen de evocaciones religiosas. Aquí, el Cielo de los cristianos no aparece por ninguna parte, más bien se describe como un lugar en el que los recuerdos se borran y ya no tienes nada que ver con los seres queridos que andan aún en la Tierra... Nada más alejado de la doctrina cristiana.
Al mismo tiempo, y en el plano crudo y real, hay un claro mensaje de aviso a las adolescentes incautas que se dejan engatusar por desconocidos. Pero la historia no es triste en sí: en el fondo subyace un optimismo y un horizonte de esperanza, donde la venganza al final se resuelve por sí misma. Especial importancia le daría tanto al sonido en general como a la música, pues consiguen momentos de tensión muy intensos.
Aunque la temática es fuerte, no contiene escenas desagradables y utiliza –menos mal- la elipsis para las secuencias más violentas. De todos modos, sí contiene imágenes y sugerencias perturbadoras, por lo que no aconsejo la película a menores de 16 años.
miércoles, 27 de enero de 2010
Tiana y el Sapo
En la línea de los más famosos cuentos de hadas Disney, “Tiana y el sapo” es una excelente historia de dibujos tradicionales, con animación hecha a mano y de corte clásico: princesas, magia, amor verdadero y mucha música. No obstante, todo está lleno de giros actuales que le da gracia al argumento.
Esta vez la nueva aventura se sitúa en Nueva Orleans, en los años treinta. Tiana, una joven de color, realista y tenaz, trabaja duramente como camarera y sueña con ser dueña de un restaurante. Un día se encuentra metida en un embrollo junto a un apuesto príncipe convertido en sapo a causa de un encantamiento. Éste quiere desesperadamente recuperar su forma humana, pero un beso complicará las cosas y les lleva en una divertida odisea a través de los paisajes misteriosos de Luisiana y las orillas del río Mississippi, donde encuentran nuevos amigos: un simpático y bonachón cocodrilo amante del jazz y una sentimental luciérnaga. Pero tendrán que vérselas con el malvado mago Facilier.
Todo recuerda a otras muchas películas Disney, con muchos elementos de “La Sirenita”, “Aladdin”, “El libro de la selva” y “La bella y la bestia”. No en vano sus realizadores han sido John Musker y Ron Clements, responsables también de las mencionadas producciones. El oscarizado compositor de Nueva Orleans, Randy Newman, que ha participado también en la música de “Toy Story”, “Bichos”, “Monstruos SA.” y “Cars”, ha compuesto la impresionante banda sonora y las canciones, a base de blues, jazz, góspel y zydeco (la música de los criollos de Luisiana). Las canciones en castellano están interpretadas por Macaco, Omara Portuondo, Alex Ubago, King África, Javier Gurruchaga, Chila Lynn y José María Guzmán.
La película gustará a todos. Es entretenida y espectacular, aunque quizás se enreda demasiado en escenas accesorias para alargar la historia, pero tanto los personajes como la ambientación son brillantes, divertidos y muy imaginativos.
Esta vez la nueva aventura se sitúa en Nueva Orleans, en los años treinta. Tiana, una joven de color, realista y tenaz, trabaja duramente como camarera y sueña con ser dueña de un restaurante. Un día se encuentra metida en un embrollo junto a un apuesto príncipe convertido en sapo a causa de un encantamiento. Éste quiere desesperadamente recuperar su forma humana, pero un beso complicará las cosas y les lleva en una divertida odisea a través de los paisajes misteriosos de Luisiana y las orillas del río Mississippi, donde encuentran nuevos amigos: un simpático y bonachón cocodrilo amante del jazz y una sentimental luciérnaga. Pero tendrán que vérselas con el malvado mago Facilier.
Todo recuerda a otras muchas películas Disney, con muchos elementos de “La Sirenita”, “Aladdin”, “El libro de la selva” y “La bella y la bestia”. No en vano sus realizadores han sido John Musker y Ron Clements, responsables también de las mencionadas producciones. El oscarizado compositor de Nueva Orleans, Randy Newman, que ha participado también en la música de “Toy Story”, “Bichos”, “Monstruos SA.” y “Cars”, ha compuesto la impresionante banda sonora y las canciones, a base de blues, jazz, góspel y zydeco (la música de los criollos de Luisiana). Las canciones en castellano están interpretadas por Macaco, Omara Portuondo, Alex Ubago, King África, Javier Gurruchaga, Chila Lynn y José María Guzmán.
La película gustará a todos. Es entretenida y espectacular, aunque quizás se enreda demasiado en escenas accesorias para alargar la historia, pero tanto los personajes como la ambientación son brillantes, divertidos y muy imaginativos.
lunes, 25 de enero de 2010
Krabat y el molino del diablo
La película está basada en una antigua leyenda popular serbia, concretamente de la Bohemia septentrional, en la que el escritor alemán Otfried Preussler se inspiró para escribir la novela “Krabat y el molino del diablo”, un bestseller de la literatura europea.
El relato se ubica en el siglo XVII, en plena Guerra de los Treinta Años. Un chico huérfano, Krabat, vaga por los pueblos mendigando hasta que llega a un misterioso molino gestionado por un inquietante personaje, el Maestro, y sus doce ayudantes, que le ofrecen un lugar donde vivir y comida caliente a cambio de trabajo. Poco a poco Krabat va descubriendo un terrible secreto: el molino es, en realidad, una escuela de magia negra y el molinero está confabulado con poderes satánicos. Krabat es iniciado, como los demás, en las artes diabólicas pero se da cuenta de que al final de cada año uno de ellos debe morir para mantener joven al maestro. Cuando muere su mejor amigo, Tonda, intenta huir, pero ya no tiene escapatoria y no le queda otra opción que rebelarse, junto a la joven Kantorka, que le ayuda en su cometido por el amor que ambos se profesan.
El film, dirigido por Marco Kreuzpaintner y rodado en un valle solitario de los Cárpatos (Rumanía), está protagonizado por David Kross (Krabat), Daniel Brühl (el Maestro), Christian Redl (Tonda) y Paula Kalenberg (Kantorka), quienes logran impregnar la historia de una tenebrosidad inquietante, facilitada por una fotografía de claroscuros que influye mucho en lo siniestro de las escenas. Buenos efectos especiales en las claves, ya tópicas, de las narraciones de magia negra: figuras siniestras, cuervos, noches sin luna, muerte, sortilegios.
No obstante, se ha sintetizado demasiado una historia tan compleja, difícil de traducir al lenguaje cinematográfico, por lo que muchos de los enigmas quedan sin explicación, incluso aunque una voz en off trate de dar razones. De forma paralela, se plantea el amor que purifica, la amistad que une, la cruz que se opone al diablo y el poder de la voluntad como arma para vencer a las tinieblas de una forma un poco simplista.
La película va dirigida a un público juvenil, y es de agradecer que no haya escenas especialmente desagradables ni sangrientas, pero resulta una historia que pesa mucho y cuyo final no queda redondo ni del todo claro.
El relato se ubica en el siglo XVII, en plena Guerra de los Treinta Años. Un chico huérfano, Krabat, vaga por los pueblos mendigando hasta que llega a un misterioso molino gestionado por un inquietante personaje, el Maestro, y sus doce ayudantes, que le ofrecen un lugar donde vivir y comida caliente a cambio de trabajo. Poco a poco Krabat va descubriendo un terrible secreto: el molino es, en realidad, una escuela de magia negra y el molinero está confabulado con poderes satánicos. Krabat es iniciado, como los demás, en las artes diabólicas pero se da cuenta de que al final de cada año uno de ellos debe morir para mantener joven al maestro. Cuando muere su mejor amigo, Tonda, intenta huir, pero ya no tiene escapatoria y no le queda otra opción que rebelarse, junto a la joven Kantorka, que le ayuda en su cometido por el amor que ambos se profesan.
El film, dirigido por Marco Kreuzpaintner y rodado en un valle solitario de los Cárpatos (Rumanía), está protagonizado por David Kross (Krabat), Daniel Brühl (el Maestro), Christian Redl (Tonda) y Paula Kalenberg (Kantorka), quienes logran impregnar la historia de una tenebrosidad inquietante, facilitada por una fotografía de claroscuros que influye mucho en lo siniestro de las escenas. Buenos efectos especiales en las claves, ya tópicas, de las narraciones de magia negra: figuras siniestras, cuervos, noches sin luna, muerte, sortilegios.
No obstante, se ha sintetizado demasiado una historia tan compleja, difícil de traducir al lenguaje cinematográfico, por lo que muchos de los enigmas quedan sin explicación, incluso aunque una voz en off trate de dar razones. De forma paralela, se plantea el amor que purifica, la amistad que une, la cruz que se opone al diablo y el poder de la voluntad como arma para vencer a las tinieblas de una forma un poco simplista.
La película va dirigida a un público juvenil, y es de agradecer que no haya escenas especialmente desagradables ni sangrientas, pero resulta una historia que pesa mucho y cuyo final no queda redondo ni del todo claro.
lunes, 11 de enero de 2010
Amerrika
Deliciosa película, llena de ternura a pesar de que no trata de disfrazar las dificultades de la vida real. Es una historia que conocen bien muchos inmigrantes que llegan a Norteamérica en busca de una vida mejor. Como ocurre con tanta frecuencia, sienten nostalgia del hogar, al tiempo que se esfuerzan por encajar y encontrar un sentido de pertenencia en su nuevo país.
La película se basa a grandes rasgos en la experiencia de la directora y guionista Cherien Dabis y su familia palestino/jordana. Los protagonistas son Muna (Nisreen Faour), una mujer cuarentona, abandonada por su marido, que desea para su hijo Fadi (Melkar Muallem) una vida mejor que la que tienen en Belén. Todo cambia cuando Muna y Fadi obtienen un permiso de trabajo y residencia en Estados Unidos, y allá que se van prácticamente con lo puesto a casa de la hermana de Muna, que vive en Illinois con su marido y sus tres hijos. Allí tendrán que esforzarse por encajar en una nueva cultura sin perder la propia, enfrentándose a un ambiente ubicado justo después de la invasión de Irak y la detención de Sadam Hussein, y a la desconfianza con que casi todo el mundo mira lo proveniente del mundo árabe.
Muna sólo consigue trabajo en una hamburguesería, a pesar de sus dos licenciaturas y su gran experiencia en temas bancarios. Mientras, Fadi se mete en líos en el instituto. Pero la indomable y dulce Muna no pierde la esperanza afrontando con optimismo esta nueva etapa y tratando de formar a su hijo en un ambiente difícil para ambos.
La parte palestina fue rodada en Ramallah y la parte americana en una zona rural de Canadá. Contada con estilo sencillo, con un montaje y un movimiento de cámara lleno de naturalidad y un sonido espectacular, se nutre de muchos pequeños acontecimientos cotidianos, como la tediosa vida en Palestina, los fatigosos controles en el aeropuerto o la larga y vana búsqueda de trabajo. Quizás se le puede reprochar que es algo maniquea en el trato de la psicosis antiárabe norteamericana, comprensible por otra parte tras el 11-S. Pero no deja de ser una interesante aportación intercultural –enriquecido con el personaje del profesor judío- que ha cosechado algunos premios.
La película se basa a grandes rasgos en la experiencia de la directora y guionista Cherien Dabis y su familia palestino/jordana. Los protagonistas son Muna (Nisreen Faour), una mujer cuarentona, abandonada por su marido, que desea para su hijo Fadi (Melkar Muallem) una vida mejor que la que tienen en Belén. Todo cambia cuando Muna y Fadi obtienen un permiso de trabajo y residencia en Estados Unidos, y allá que se van prácticamente con lo puesto a casa de la hermana de Muna, que vive en Illinois con su marido y sus tres hijos. Allí tendrán que esforzarse por encajar en una nueva cultura sin perder la propia, enfrentándose a un ambiente ubicado justo después de la invasión de Irak y la detención de Sadam Hussein, y a la desconfianza con que casi todo el mundo mira lo proveniente del mundo árabe.
Muna sólo consigue trabajo en una hamburguesería, a pesar de sus dos licenciaturas y su gran experiencia en temas bancarios. Mientras, Fadi se mete en líos en el instituto. Pero la indomable y dulce Muna no pierde la esperanza afrontando con optimismo esta nueva etapa y tratando de formar a su hijo en un ambiente difícil para ambos.
La parte palestina fue rodada en Ramallah y la parte americana en una zona rural de Canadá. Contada con estilo sencillo, con un montaje y un movimiento de cámara lleno de naturalidad y un sonido espectacular, se nutre de muchos pequeños acontecimientos cotidianos, como la tediosa vida en Palestina, los fatigosos controles en el aeropuerto o la larga y vana búsqueda de trabajo. Quizás se le puede reprochar que es algo maniquea en el trato de la psicosis antiárabe norteamericana, comprensible por otra parte tras el 11-S. Pero no deja de ser una interesante aportación intercultural –enriquecido con el personaje del profesor judío- que ha cosechado algunos premios.
La recomiendo vivamente. Para todos los públicos, aunque preferentemente a partir de 14 años.
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