Entretenida y ligera comedia de la guionista de “El diablo viste de Prada” y “27 vestidos”, dirigida por Douglas McGrath y protagonizada por Sarah Jessica Parker, Pierce Brosnan y Greg Kinnear.
Basada en la novela de Allison Pearson “La vida frenética de Kate”, cuenta las peripecias de un matrimonio con dos hijos pequeños. Ella, Kate, es una analista financiera que adora su trabajo… pero también a su familia. Llegar a todo le resulta poco menos que una hazaña. Su mayor afán es hacer listas de tareas y completarlas con éxito. Su marido Richard (Greg Kinnear) acaba de conseguir un trabajo como arquitecto tras estar unos meses en paro, justo al recibir Kate un nuevo proyecto profesional: viajar muy a menudo junto a su encantador socio Jack (Pierce Brosnan) para obtener una importante inversión. La vida se puede volver entonces muy, muy complicada.
Narrada con gracia -a veces congelando la imagen para dirigirse al espectador-, Sarah Jessica Parker tiene aquí un papel muy a su medida: sofisticada, fresca y simpática. La cinta es un alegato a favor de la mujer trabajadora, que no debe convertirse en una súper woman, pero al mismo tiempo no deja de ridiculizar a aquella que decide “no trabajar” para dedicarse al hogar y a sus hijos.
Basada excesivamente en el sentimentalismo tan común hoy, es bastante insustancial en aspectos serios. No tiene raíces éticas que expliquen, por ejemplo, por qué la eficaz pero fría secretaria de Kate, Momo (Olivia Munn), no debe abortar cuando descubre que está embarazada. El único argumento para seguir con el embarazo es que “ser madre es muy bonito”. Ni tampoco da razones convincentes para no enrollarse con el atractivo socio, pero sí para darle alas. Pierce Brosnan, por cierto, no está aquí en su mejor papel, se le ve mayor.
De todas formas, el film es entretenido y tiene sus virtudes: la complicidad del matrimonio, la relación cercana –aunque algo culpable- con los hijos, la sincera y leal amistad con su amiga, o la cordial competitividad con otro compañero de trabajo. La sonrisa y a veces la carcajada sale fácilmente. Gustará a las mujeres.
miércoles, 19 de octubre de 2011
lunes, 3 de octubre de 2011
Son of Babylon
Es una sobria, deslumbrante y emotiva película del cineasta irakí Mohamed Al-Daradji, también guionista, productor y director de fotografía, basada en vivencias reales sobre la trágica historia reciente de su país.
Cuenta el periplo de Ahmed, un niño kurdo de 12 años, huérfano de madre, que recorre junto con su abuela las carreteras del norte de Irak. Ambos buscan al padre del niño, un soldado arrestado por la Guardia Republicana de Saddam, desaparecido durante la Guerra del Golfo, para que se haga cargo del pequeño. En su búsqueda, se cruzan con otras personas en la misma situación; todos viajan en busca de alguien, tratando de recuperar a sus seres queridos, y ansiando alcanzar una nueva vida y un futuro de esperanza.
Rodada, como una road movie, es una historia llena de humanidad y de ternura, por la relación de la abuela y su nieto, por la bondad desinteresada de las personas con las que se cruzan, difícil de entender en el utilitarista Occidente, por el estoico aguante ante las dificultades y las contradicciones.
Su puesta en escena, sin prisas, con sus largos silencios, sus atardeceres en el desierto, sus detalles cotidianos, la hacen muy emotiva y llena de sobria belleza. El estoicismo de la abuela, envejecida y hecha al sufrimiento, y la alegría de vivir de Ahmed, son un contrapunto interesante, pero también la historia es la personificación del drama de tantos miles de desaparecidos en el régimen de Saddam y de sus familiares errantes en su busca. Tras el descubrimiento de varias fosas comunes en Irak con miles de cadáveres, uno de los objetivos de los realizadores es que las organizaciones internacionales ayuden a financiar la tecnología requerida para la identificación de tantos cuerpos.
La película es candidata a la Mejor Película de Habla no Inglesa por Irak a los Oscar 2011 y ha ganado ya numerosos premios en los festivales internacionales en los que ha participado.
A pesar de la dureza de la historia, es un disfrute verla. La recomiendo vivamente, sobre todo en su versión original.
Cuenta el periplo de Ahmed, un niño kurdo de 12 años, huérfano de madre, que recorre junto con su abuela las carreteras del norte de Irak. Ambos buscan al padre del niño, un soldado arrestado por la Guardia Republicana de Saddam, desaparecido durante la Guerra del Golfo, para que se haga cargo del pequeño. En su búsqueda, se cruzan con otras personas en la misma situación; todos viajan en busca de alguien, tratando de recuperar a sus seres queridos, y ansiando alcanzar una nueva vida y un futuro de esperanza.
Rodada, como una road movie, es una historia llena de humanidad y de ternura, por la relación de la abuela y su nieto, por la bondad desinteresada de las personas con las que se cruzan, difícil de entender en el utilitarista Occidente, por el estoico aguante ante las dificultades y las contradicciones.
Su puesta en escena, sin prisas, con sus largos silencios, sus atardeceres en el desierto, sus detalles cotidianos, la hacen muy emotiva y llena de sobria belleza. El estoicismo de la abuela, envejecida y hecha al sufrimiento, y la alegría de vivir de Ahmed, son un contrapunto interesante, pero también la historia es la personificación del drama de tantos miles de desaparecidos en el régimen de Saddam y de sus familiares errantes en su busca. Tras el descubrimiento de varias fosas comunes en Irak con miles de cadáveres, uno de los objetivos de los realizadores es que las organizaciones internacionales ayuden a financiar la tecnología requerida para la identificación de tantos cuerpos.
La película es candidata a la Mejor Película de Habla no Inglesa por Irak a los Oscar 2011 y ha ganado ya numerosos premios en los festivales internacionales en los que ha participado.
A pesar de la dureza de la historia, es un disfrute verla. La recomiendo vivamente, sobre todo en su versión original.
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