Stephanie (Alexandra Lamy), una cuarentona divorciada, se queda en paro por una arriesgada apuesta profesional, y se ve obligada a vender su coche, dejar su casa y su vida de lujo e irse a vivir a casa de su madre viuda, Jacqueline (Josiane Balasko). La madre la recibe gustosa pero tiene una vida activa e independiente, bastantes manías y… sus secretos.
Las dos mujeres chocarán en ocasiones, sobre todo cuando Stephanie considera que su madre está perdiendo facultades y necesita un médico. Por su parte, los hermanos de Stephanie piensan que ha vuelto a la casa materna para vivir de gorra y hacer y deshacer la herencia de su madre sin contar con ellos.
La película, del director y guionista francés Eric Lavaine, intenta ser una aproximación en clave de comedia al drama que vive mucha gente: el “efecto boomerang” como lo llama él, o retorno a casa de sus padres por un fracaso laboral o un divorcio. Y el choque inevitable. La protagonista junto al cariño por su madre la ve ya como una persona mayor y senil y censura que tenga sus propios criterios y haya encontrado otro amor.
Éste quizás es el punto más débil del film: aunque no deja de ser una agradable “comedia francesa”, trata el sexo de una forma bastante frívola y sin elegancia. Y lo mejor, sin duda, es la escena de la creación de la cuenta de correo electrónico, situación bastante aproximada a lo que puede ocurrir con personas mayores no familiarizadas con Internet.
El clímax gira en torno a la organización de una cena con los hermanos para celebrar el cumpleaños de Jacqueline donde se produce una divertida pero ácida secuencia de enredo, que pondrá de manifiesto el carácter y los problemas familiares de cada uno.
La “dramedia” se deja ver y entretiene pero le falta algo, esa esencia de virtudes que hace que una película llegue al corazón.
Trailer:
https://youtu.be/VVeNSAFhMCA
martes, 27 de diciembre de 2016
martes, 6 de diciembre de 2016
EL EDITOR DE LIBROS
Nueva York 1929. Max Perkins es un genial editor literario, descubridor de novelistas como F. Scott Fitzgerald o Ernest Hemingway, que tras leer la novela inédita de Thomas Wolfe, se decide a editarla bajo la condición de que han de trabajar mano a mano para pulirla y hacerla asequible al gran público. El problema de Wolfe es que es un escritor de gran talento pero incapaz de gestionar su creatividad. Rechazado por varios editores, acaba casi mendigando en la oficina de Perkins, y dispuesto a hacer lo que sea para que su obra sea publicada.
La película (“Genius”), ópera prima de Michael Grandage y con guion de John Logan, es una adaptación al cine de la biografía “Max Perkins: el editor de libros” del ganador del Premio Pulitzer A. Scott Berg, editada en España por Rialp.
Basada en hechos reales, narra la relación entre editor y escritor, que acaban dependiendo el uno del otro de una manera muy radical a pesar de sus personalidades tan opuestas. Max Perkins es una persona tranquila, metódica, muy profesional, que sabe lo que al público le gusta leer. Su mujer y sus tres hijas participan del aura culto y literario que fluye en el hogar. Por el contrario, Wolfe es impaciente, exaltado, egocéntrico y caótico, e incapaz de poner freno a su verborrea y a su literatura. Tras miles de horas de trabajo juntos, acaba por unirles una honda amistad, tan dependiente entre sí que se ven involucradas también las familias de uno y otro. Max Perkins, con su inseparable sombrero, que sólo se quita en un momento del film, consigue pulir los defectos de Wolfe y acaba llevándole al éxito.
La ambientación y la fotografía –en tenues filtros sepia- nos trasladan fácilmente a los albores de los años 30 neoyorkinos. Los actores principales, Colin Firth y Jude Law, tienen su contrapunto en las esposas de ambos, Nicole Kidman y Laura Linney. Ellas viven sus dramas particulares y han de compartir sus vidas con ambos amigos, quienes dedican al trabajo y a conversar casi todo su tiempo, así como sus horas de ocio.
La historia se hace muy interesante, a pesar del argumento quizás minoritario y lento. Las discusiones entre editor y escritor, a veces violentas, sobre las correcciones, la longitud de los párrafos, los títulos más comerciales, etc, son muy gráficas, y se complementan perfectamente con su relación de amistad y camaradería. Ambos aprenden el uno del otro.
En definitiva, una película con una gran calidad fílmica y literaria, con dos grandes actores de personalidades muy bien definidas, y con un guión de altura. Sin duda el público culto gozará con ella.
Trailer:
https://youtu.be/sCJPpz3j4fY
La película (“Genius”), ópera prima de Michael Grandage y con guion de John Logan, es una adaptación al cine de la biografía “Max Perkins: el editor de libros” del ganador del Premio Pulitzer A. Scott Berg, editada en España por Rialp.
Basada en hechos reales, narra la relación entre editor y escritor, que acaban dependiendo el uno del otro de una manera muy radical a pesar de sus personalidades tan opuestas. Max Perkins es una persona tranquila, metódica, muy profesional, que sabe lo que al público le gusta leer. Su mujer y sus tres hijas participan del aura culto y literario que fluye en el hogar. Por el contrario, Wolfe es impaciente, exaltado, egocéntrico y caótico, e incapaz de poner freno a su verborrea y a su literatura. Tras miles de horas de trabajo juntos, acaba por unirles una honda amistad, tan dependiente entre sí que se ven involucradas también las familias de uno y otro. Max Perkins, con su inseparable sombrero, que sólo se quita en un momento del film, consigue pulir los defectos de Wolfe y acaba llevándole al éxito.
La ambientación y la fotografía –en tenues filtros sepia- nos trasladan fácilmente a los albores de los años 30 neoyorkinos. Los actores principales, Colin Firth y Jude Law, tienen su contrapunto en las esposas de ambos, Nicole Kidman y Laura Linney. Ellas viven sus dramas particulares y han de compartir sus vidas con ambos amigos, quienes dedican al trabajo y a conversar casi todo su tiempo, así como sus horas de ocio.
La historia se hace muy interesante, a pesar del argumento quizás minoritario y lento. Las discusiones entre editor y escritor, a veces violentas, sobre las correcciones, la longitud de los párrafos, los títulos más comerciales, etc, son muy gráficas, y se complementan perfectamente con su relación de amistad y camaradería. Ambos aprenden el uno del otro.
En definitiva, una película con una gran calidad fílmica y literaria, con dos grandes actores de personalidades muy bien definidas, y con un guión de altura. Sin duda el público culto gozará con ella.
Trailer:
https://youtu.be/sCJPpz3j4fY
jueves, 24 de noviembre de 2016
ALIADOS
Escrita por Steven Knight y dirigida por Robert Zemeckis, afamado director de películas como “Regreso al futuro”, “Náufrago” o “Forrest Gump”, “Aliados” es una soberbia película bélica “de espías” que se desarrolla durante la Segunda Guerra Mundial.
Cuenta la historia, basada en hechos reales, del oficial de inteligencia canadiense Max Vatan (Brad Pitt) quien en una misión especial de las fuerzas aliadas conoce en Marruecos, en 1942, a Marianne Beausejour (Marion Cotillard), una enigmática, bella e inteligente miembro de la resistencia francesa. Ambos agentes, sin conocerse, fingen ser un matrimonio enamorado para actuar juntos en una misión extraordinariamente peligrosa tras las líneas enemigas. Pero el amor surge entre ellos, y pronto su idílica relación en Londres, que acaba en matrimonio auténtico, se ve amenazada por una terrible sospecha que en tiempos de guerra puede ser mortal.
El film tiene todos los ingredientes del mejor cine épico: intriga, acción, espionaje, dobles vidas, dilemas, romanticismo, heroísmo, etc, con una puesta en escena extraordinaria y unas secuencias dramáticas verdaderamente apabullantes. La historia fluye en un relato tradicional que mantiene la intriga en todo momento, incluso en aquellas escenas lentas y sosegadas, que aportan un gran carga anímica ante decisiones cruciales o de muerte inminente, como en la secuencia del amanecer en el desierto.
Los actores, sobre todo Marion Cotillard, están excelentes en su papel. Lo más molesto de la película es la larga escena de sexo, que se podía haber solventado con una elegante elipsis, y la consabida concesión al lobby gay de algunos personajes perfectamente prescindibles en la historia.
Esta producción de Paramount Pictures es una firme opción en la carrera a los Globos de Oro y los Oscar de este año. Para adultos.
TRAILER:
https://www.youtube.com/watch?v=FHT8k84yYNc
Cuenta la historia, basada en hechos reales, del oficial de inteligencia canadiense Max Vatan (Brad Pitt) quien en una misión especial de las fuerzas aliadas conoce en Marruecos, en 1942, a Marianne Beausejour (Marion Cotillard), una enigmática, bella e inteligente miembro de la resistencia francesa. Ambos agentes, sin conocerse, fingen ser un matrimonio enamorado para actuar juntos en una misión extraordinariamente peligrosa tras las líneas enemigas. Pero el amor surge entre ellos, y pronto su idílica relación en Londres, que acaba en matrimonio auténtico, se ve amenazada por una terrible sospecha que en tiempos de guerra puede ser mortal.
El film tiene todos los ingredientes del mejor cine épico: intriga, acción, espionaje, dobles vidas, dilemas, romanticismo, heroísmo, etc, con una puesta en escena extraordinaria y unas secuencias dramáticas verdaderamente apabullantes. La historia fluye en un relato tradicional que mantiene la intriga en todo momento, incluso en aquellas escenas lentas y sosegadas, que aportan un gran carga anímica ante decisiones cruciales o de muerte inminente, como en la secuencia del amanecer en el desierto.
Los actores, sobre todo Marion Cotillard, están excelentes en su papel. Lo más molesto de la película es la larga escena de sexo, que se podía haber solventado con una elegante elipsis, y la consabida concesión al lobby gay de algunos personajes perfectamente prescindibles en la historia.
Esta producción de Paramount Pictures es una firme opción en la carrera a los Globos de Oro y los Oscar de este año. Para adultos.
TRAILER:
https://www.youtube.com/watch?v=FHT8k84yYNc
jueves, 1 de septiembre de 2016
BEN-HUR
Paramount Pictures y Metro-Goldwyn-Mayer se han atrevido a ofrecer esta nueva versión de la épica y monumental historia de “Ben-Hur”, dirigida por Timur Bekmambetov y basada en la inmortal obra de Lew Wallace.
Muy centrada al principio en la camaradería de los personajes, se cuenta la historia de Judah Ben-Hur (Jack Huston), un príncipe judío que es falsamente acusado de sedición por su hermano de adopción Messala (Toby Kebbell), oficial del ejército romano. Despojado de su título, de sus bienes, y separado de su familia y de la mujer que ama (Nazanin Boniadi), Judah se ve sometido a esclavitud. Tras pasar años en galeras, Judah se salva y vuelve a su tierra natal en busca de venganza, gracias a la ayuda del jeque Ilderim (Mongan Freeman).
La historia, archiconocida por la gran producción protagonizada por Charlton Heston y Stephen Boyd, contiene indudables calidades y son vertiginosas y muy bien planteadas las escenas de la batalla naval, y cómo no, de la carrera de cuadrigas en el circo, absolutamente extraordinaria, pero anda siempre con la rémora de la película de 1959. La definición del carácter de los personajes no está bien resuelta y los protagonistas no son convincentes ni en sus sentimientos, ni en la química entre ellos ni en sus interpretaciones. Sus personalidades están desdibujadas quizás porque se ha querido ofrecer unos papeles más complejos en matices y más contemporáneos.
La figura de Cristo (Rodrigo Santoro) tiene fuerza y una gran dignidad. Es verdad que el espíritu que flota en toda la película sobre el pacifismo, el perdón y el amor están bien señalados pero la forma precipitada de resolverlo lleva a un final inverosímil y melifluo que tiene poco que ver con la novela de Wallace.
En resumen, la película se ve con agrado y se aprecia tanto la potente producción como una ambientación bien transmitida por una bella fotografía naturalista y, cómo no, por unos efectos especiales espectaculares, que hace 50 años no existían. Pero es inevitable la comparación… Aunque las nuevas generaciones verán esta nueva versión como más adecuada a sus gustos.
Y como curiosidades, parte de la película se rodó en los legendarios estudios Cinecittà de Roma, donde en 1966 John Huston (abuelo de Jack) dirigió “La Biblia” y también se rodaron los interiores del Ben-Hur de Wyler. Y los actores provienen de diversas nacionalidades: Israel, Irán, EE.UU. Gran Bretaña, Brasil, Dinamarca e Italia.
Trailer:
https://www.youtube.com/watch?v=JOc4sAQsep8
Muy centrada al principio en la camaradería de los personajes, se cuenta la historia de Judah Ben-Hur (Jack Huston), un príncipe judío que es falsamente acusado de sedición por su hermano de adopción Messala (Toby Kebbell), oficial del ejército romano. Despojado de su título, de sus bienes, y separado de su familia y de la mujer que ama (Nazanin Boniadi), Judah se ve sometido a esclavitud. Tras pasar años en galeras, Judah se salva y vuelve a su tierra natal en busca de venganza, gracias a la ayuda del jeque Ilderim (Mongan Freeman).
La historia, archiconocida por la gran producción protagonizada por Charlton Heston y Stephen Boyd, contiene indudables calidades y son vertiginosas y muy bien planteadas las escenas de la batalla naval, y cómo no, de la carrera de cuadrigas en el circo, absolutamente extraordinaria, pero anda siempre con la rémora de la película de 1959. La definición del carácter de los personajes no está bien resuelta y los protagonistas no son convincentes ni en sus sentimientos, ni en la química entre ellos ni en sus interpretaciones. Sus personalidades están desdibujadas quizás porque se ha querido ofrecer unos papeles más complejos en matices y más contemporáneos.
La figura de Cristo (Rodrigo Santoro) tiene fuerza y una gran dignidad. Es verdad que el espíritu que flota en toda la película sobre el pacifismo, el perdón y el amor están bien señalados pero la forma precipitada de resolverlo lleva a un final inverosímil y melifluo que tiene poco que ver con la novela de Wallace.
En resumen, la película se ve con agrado y se aprecia tanto la potente producción como una ambientación bien transmitida por una bella fotografía naturalista y, cómo no, por unos efectos especiales espectaculares, que hace 50 años no existían. Pero es inevitable la comparación… Aunque las nuevas generaciones verán esta nueva versión como más adecuada a sus gustos.
Y como curiosidades, parte de la película se rodó en los legendarios estudios Cinecittà de Roma, donde en 1966 John Huston (abuelo de Jack) dirigió “La Biblia” y también se rodaron los interiores del Ben-Hur de Wyler. Y los actores provienen de diversas nacionalidades: Israel, Irán, EE.UU. Gran Bretaña, Brasil, Dinamarca e Italia.
Trailer:
https://www.youtube.com/watch?v=JOc4sAQsep8
lunes, 16 de mayo de 2016
NOCHE REAL
8 de mayo de 1945. La ciudad de Londres celebra el final de la guerra y en el Palacio de Buckingham dos jóvenes princesas arden en deseos de unirse a la alegría de la calle. Mientras el rey Jorge VI prepara su discurso a la nación, a la joven Isabel, futura Reina de Inglaterra, y a su hermana Margarita, se les permite salir de incógnito con la única condición de volver a medianoche.
Esta comedia de Julian Jarrold, protagonizada por Sarah Gadon, Bel Powley, Jack Reynor, Emily Watson y Rupert Everett, está basada en hechos reales pero desarrollada a base de mucha imaginación. Se sabe que a las jóvenes princesas se les permitió salir de palacio para ir a bailar a Ritz y volvieron a su hora. En la película, maravillosamente ambientada, se les supone sin embargo una serie de aventuras con momentos divertidos pero también angustiosos.
Efectivamente, van al Hotel Ritz pero la princesa Margarita, a la que dibujan como a una botarate, se va con unos vividores. Isabel, con la ayuda de Jack, un soldado de clase trabajadora y contrario a la monarquía, pasa la noche por las calles y barrios de Londres buscándola.
Es una pena que una película, con trazas tan atractivas, sea mediocre en el guión y desaproveche el brillante inicio para convertirlo en un argumento descabellado. Los reyes son divertidamente flemáticos y tienen su chispa, pero a la princesa Margarita la pintan absolutamente frívola y estúpida y a los guardaespaldas incapaces y necios a más no poder. A la propia Isabel la presentan como una niña mimada que piensa que todo se le debe. El único personaje creíble es el soldado que vuelve de la guerra desilusionado con todo y acaba ayudando a la refinada joven, por la que se siente atraído, sin saber quien es en realidad. Como en una caricaturesca “Vacaciones en Roma”, los protagonistas sueñan con salvar el abismo que les separa y ser gente corriente…
La ambientación, el vestuario y la documentación histórica son brillantes, y hay momentos muy emotivos, como la alegría desbordada ante el Palacio de Buckingham de los miles de británicos enardecidos y unidos a sus reyes. Pero sobra la recreación en la sordidez de los barrios bajos de Londres y en los antros de juego y prostíbulos, donde como bobas, van a parar las princesas. ¿Es el contraste burlesco con el refinamiento y seriedad de la corte británica que quiere brindar la película, como dos mundos opuestos?
En resumen, una película entretenida. Pero nada más.
Trailer:
https://www.youtube.com/watch?v=9IqF-Lfalwg
Esta comedia de Julian Jarrold, protagonizada por Sarah Gadon, Bel Powley, Jack Reynor, Emily Watson y Rupert Everett, está basada en hechos reales pero desarrollada a base de mucha imaginación. Se sabe que a las jóvenes princesas se les permitió salir de palacio para ir a bailar a Ritz y volvieron a su hora. En la película, maravillosamente ambientada, se les supone sin embargo una serie de aventuras con momentos divertidos pero también angustiosos.
Efectivamente, van al Hotel Ritz pero la princesa Margarita, a la que dibujan como a una botarate, se va con unos vividores. Isabel, con la ayuda de Jack, un soldado de clase trabajadora y contrario a la monarquía, pasa la noche por las calles y barrios de Londres buscándola.
Es una pena que una película, con trazas tan atractivas, sea mediocre en el guión y desaproveche el brillante inicio para convertirlo en un argumento descabellado. Los reyes son divertidamente flemáticos y tienen su chispa, pero a la princesa Margarita la pintan absolutamente frívola y estúpida y a los guardaespaldas incapaces y necios a más no poder. A la propia Isabel la presentan como una niña mimada que piensa que todo se le debe. El único personaje creíble es el soldado que vuelve de la guerra desilusionado con todo y acaba ayudando a la refinada joven, por la que se siente atraído, sin saber quien es en realidad. Como en una caricaturesca “Vacaciones en Roma”, los protagonistas sueñan con salvar el abismo que les separa y ser gente corriente…
La ambientación, el vestuario y la documentación histórica son brillantes, y hay momentos muy emotivos, como la alegría desbordada ante el Palacio de Buckingham de los miles de británicos enardecidos y unidos a sus reyes. Pero sobra la recreación en la sordidez de los barrios bajos de Londres y en los antros de juego y prostíbulos, donde como bobas, van a parar las princesas. ¿Es el contraste burlesco con el refinamiento y seriedad de la corte británica que quiere brindar la película, como dos mundos opuestos?
En resumen, una película entretenida. Pero nada más.
Trailer:
https://www.youtube.com/watch?v=9IqF-Lfalwg
jueves, 10 de marzo de 2016
TRIBUNAL
Magnífica película,
“ópera prima” del director Chaitanya Tamhane, que aborda un drama judicial desde
una visión costumbrista de la India actual. Fue seleccionada como representante
de la India para optar al Oscar a la Mejor Película de Habla no Inglesa y entre
los más de veinte galardones recibidos se encuentran el Premio a la Mejor
Película en la Mostra Internacional de Cine de Venecia y el Premio en el
Festival Internacional de Viena (Viennale).
Con una
narrativa pausada, casi documental y naturalista, cuenta la historia de
un anciano de la casta “intocable”, activista y
cantante popular, arrestado y juzgado por una acusación surrealista: la
letra de una de sus canciones ha incitado al suicidio a un trabajador que
limpia las alcantarillas. Durante el largo proceso, con innumerables
papeleos, aplazamientos y despropósitos, vamos asistiendo al funcionamiento del
sistema legal hindú, radicado irracionalmente en el siglo XIX, a la corrupción
de los procesos judiciales (compra de testigos, manipulación de pruebas,
prevaricaciones) y al arraigado régimen de castas que dificulta la justicia.
Desde esta
gran crítica, asistimos al sofocante ambiente de los tribunales de primera
instancia, que los productores de la película hubieron de reproducir fielmente
por la prohibición de filmar en un tribunal real de Bombay. La falta de sensibilidad ante los casos, la
rutina, la desidia y la burocracia, es patente durante el juicio. Pero al mismo
tiempo que va avanzando, el director hace un retrato de los principales
personajes siguiéndolos a sus casas en su tiempo libre después del trabajo: el abogado, la fiscal, el juez, la viuda, y así vamos
conociendo las vidas privadas de todos los afectados por el suceso, sus familias, sus circunstancias.
Casi ninguno
de los actores es profesional y eso hace que la película funcione muy bien. Cada
personaje pertenece a una casta, a una capa de la sociedad y a una cultura, muy
difícil de comprender por los occidentales pero que se intuye. La naturalidad
es maravillosa, realista y potente en sus detalles, tanto en los aspectos
personales como en las calles, los barrios, las comidas, el vestuario o la música
tradicional.
En resumen, una película reivindicativa que se sigue con un grandísimo interés. Es aconsejable verla en versión original con subtítulos.
En resumen, una película reivindicativa que se sigue con un grandísimo interés. Es aconsejable verla en versión original con subtítulos.
Trailer:
martes, 1 de marzo de 2016
POVEDA
Goya
Producciones y Three Columns Entertainment presentan un luminoso biopic, ameno
y veraz, de San Pedro Poveda, sacerdote, pedagogo, humanista, innovador,
fundador de la Institución Teresiana y mártir de la fe en 1936. Dirigida por
Pablo Moreno (“Un dios prohibido”) y con guion de Pedro Delgado, la película
muestra la trayectoria vital de Pedro Poveda (Linares, 1874 - Madrid, 1936)
partiendo de su detención en Madrid por los milicianos en julio de 1936.
Durante la
noche previa a su muerte, que pasa aislado en una checa, va narrando a sus
verdugos en flashback su trabajo como sacerdote a favor de los pobres y
analfabetos, y su actividad en diversas iniciativas sociales y educativas, muy
innovadoras para la época, tanto en Cuevas de Guadix (Granada) como más tarde
en Asturias y en Jaén, sufriendo además las incomprensiones y envidias de la
curia.
Junto a
Pepita Segovia (Elena Furiase) puso en marcha un novedoso movimiento de jóvenes
maestras, dando origen a la Institución Teresiana y promoviendo así el
reconocimiento de la igualdad de las mujeres y de sus derechos en España. Fue
reconocido por la UNESCO como “Pedagogo y Humanista” y canonizado por Juan
Pablo II en 2003 en Madrid.
La película,
de gran sensibilidad visual, se ha rodado en los lugares donde vivió y trabajo
Poveda: Guadix, Covadonga, Jaén, Madrid y en Ciudad Rodrigo. La fotografía y los
guiones son luminosos en el desierto de las cuevas, donde organizó talleres
para mujeres, escuelas para niños y niñas, comedores sociales, etc. que dejan
luego paso a los verdes boscosos de Asturias. Allí, junto a la Santina, descubre
su vocación y entiende que la educación es la clave para la promoción social y
laboral de las personas y se da cuenta de que las mujeres no pintaban nada. Comienza
a tratar a jóvenes maestras y a entusiasmarlas con su proyecto. En diversas
ciudades pone en marcha varias Academias dirigidas por Pepita Segovia, la
primera mujer licenciada en Educación en Jaén. Los últimos años en Madrid son
sombríos, lo que denota también las circunstancias turbulentas y difíciles previas
a la guerra civil.
Los actores
están magníficos en sus papeles: Raúl Escudero como Pedro Poveda, Elena Furiase
como la resuelta Pepita Segovia, Miguel Berlanga como el miliciano Felipe,
bruto pero de buen corazón, y Silvia García, como Marina, mano derecha de
Pepita Segovia.
La música no está a la altura y quizás sobra metraje pero, sin duda, la
película es una excelente aproximación a esta figura gigante de la Iglesia y de
la Educación, llena de optimismo, de amor y de esperanza. Se estrena el 4 de
marzo.
Trailer:
https://www.youtube.com/watch?v=iAj9vzuVTGQ
miércoles, 17 de febrero de 2016
LA CORONA PARTIDA
Quienes hayan seguido con interés las tres temporadas de “Isabel”, sin duda
disfrutarán con esta película que cuenta los años que pasaron entre la muerte
de Isabel la Católica y el comienzo de la regencia del Cardenal Cisneros, así
como la reclusión de por vida de Juana la Loca en Tordesillas. Faltaban estos
años entre “Isabel” y “Carlos, emperador”, otra excelente serie histórica de
TVE.
Dirigida por Jordi Frades y con guión de José Luis Martín, “La Corona
Partida” tiene el aliciente de contar con los mismos actores que ilustraron los
personajes de “Isabel”: Rodolfo Sancho (Fernando el Católico), Irene Escolar (nominada
a los Goya 2016 como Mejor Actriz Revelación), Raúl Mérida (Felipe el Hermoso),
Eusebio Poncela (Cardenal Cisneros), Fernando Guillén Cuervo (Fuensalida), Jacobo
Dicenta (Belmonte), Úrsula Corberó (princesa Margarita), entre otros; y
la incorporación de José Coronado (Maximiliano de Habsburgo) y Silvia Alonso
(Germana de Foix). Además, Michelle Jenner (Isabel) interviene en una breve escena
final.
La narración se organiza en torno al Cardenal Cisneros, que pone al día de
los acontecimientos a Fernando de Habsburgo, hermano de Carlos. A pesar de lo
estipulado en el testamento de Isabel la Católica, el deseo de Fernando de
mantener unidas las Coronas de Castilla y Aragón se ve frustrado por las ansias
de poder de Felipe el Hermoso que se cree con el derecho a ocupar el trono sin
tener en cuenta a su esposa Juana, la legítima heredera, a la que tanto su
padre como su marido intentan pasar por loca para quitarla de en medio. Una
serie de maniobras, en las que como siempre ofician traidores, ningunea a Juana,
con el apoyo de nobles castellanos que intentan recuperar sus parcelas de poder
perdidas. Juana se ve sola y sin apoyos, y a pesar del amor que siente por su
esposo, se niega a secundar sus maquinaciones, lo que la desestabiliza anímicamente.
A la muerte inesperada de Felipe, Juana se aferra a su cadáver, que besa
todas las noches en su lúgubre peregrinaje a Granada –se reproduce la escena
del famoso cuadro de Francisco Pradilla-, lo que contribuyó a su fama de loca
aunque en ningún momento las Cortes de Castilla la declararon incapaz y nunca
se le retiró el título de Reina. El rey Fernando encierra de por vida a su hija
Juana en Tordesillas y designa a su nieto Carlos como sucesor con la regencia
del Cardenal Cisneros.
Es éste un gran esfuerzo narrativo de Diagonal TV y R. Zinman Productions por
confinar en apenas 2 horas estos difíciles años de la Historia de España, no
siempre fáciles de contar desde el punto de vista cinematográfico. El famoso
episodio del vaso de agua helada bebido por Felipe el Hermoso tras el juego de
pelota está contada con mucho dramatismo.
Rodada en escenarios naturales históricos, con numerosos figurantes
y cámaras en drones, tiene una magnífica fotografía de Raimon Lorda, luminosa,
claustrofóbica o tétrica, según los casos, una excelente dirección artística de
Marcelo Pacheco y un cuidadísimo vestuario de Pepe Reyes.
Se ha contado con los
actores originales de la serie “Isabel”, por eso la interpretación de todos y
cada uno de los actores –ya familiares para muchos telespectadores- es lo que
de verdad da vida a la historia. Maravillosa Irene Escolar, a la que se
presenta como una víctima de los manejos políticos y no como una enajenada
(como hemos visto en otras versiones cinematográficas, algunas pésimas), muy
convincente Raúl Mérida y un Eusebio Poncela magnífico, es lo más destacable de
ellos, sin olvidar a Ramón Madaula, Rodolfo Sancho y a Fernando Guillen Cuervo.
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