La película parte de un original y prometedor planteamiento: la unión de un western duro con la ciencia-ficción de terror y, como tal, tenía muy buenas expectativas. Su puesta en escena, en el más puro estilo de clásico western, es soberbia, con reconocidos productores –incluido Spielberg- , excelentes actores y buenos guionistas. Pero le falta algo. Es una historia que no convence desde el momento en que se desarrolla el elemento fantástico. Ahí empieza a hacer aguas por todas partes. Además, es violentísima y en algunos momentos desagradable. Y parece que Spielberg, que acaba de estrenar “Súper 8”, aprovecha para abaratar costes y emplear los mismos “monstruos” en esta nueva producción.
Una pena, porque es una historia que prometía bastante y acaba decepcionando. Para adultos.
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