Se trata de una secuela, en clave de comedia, de “Una familia de Tokio”, dirigida por el mismo director, Yoji Yamada, e interpretada por los mismos actores de la película anterior.
Esta vez, la familia se verá trastornada por un hecho insólito que a nadie se le ocurriría pensar. El día de su cumpleaños, la esposa con la misma sonrisa y educación de siempre le pide como regalo a su cascarrabias y negligente marido el divorcio.
Esta petición no sólo chocará a su incrédulo marido, que se lo toma a broma, sino a toda la familia, quienes al ver que va en serio intentarán por todos los medios evitar la catástrofe familiar. El hijo mayor convoca una reunión justo el día en que el hijo menor, el de mejor corazón y menos egoísta, piensa presentar solemnemente a su novia y anunciar su compromiso, y ante una “extraña” todos ponen sobre la mesa sus respectos agravios.
Deliciosa película de Yamada, de 86 años, una más entre su amplísima filmografía. Con una gran delicadeza se va narrando esta crisis familiar poniendo de manifiesto que el amor y las relaciones cotidianas entre hermanos, padres y cuñados no deben ser nunca descuidadas. Los motivos de la hartura de la abuela, que se van descubriendo poco a poco, pueden llegar a ser razones de distanciamiento en un matrimonio que se supone seguro y para toda la vida.
El carácter de cada hijo y sus cónyuges queda bien definido, así como la estampa costumbrista de una familia media japonesa. Es entretenida y llena de valores familiares.
Trailer: https://youtu.be/FqXP8IC4y24