miércoles, 17 de febrero de 2016

LA CORONA PARTIDA

Quienes hayan seguido con interés las tres temporadas de “Isabel”, sin duda disfrutarán con esta película que cuenta los años que pasaron entre la muerte de Isabel la Católica y el comienzo de la regencia del Cardenal Cisneros, así como la reclusión de por vida de Juana la Loca en Tordesillas. Faltaban estos años entre “Isabel” y “Carlos, emperador”, otra excelente serie histórica de TVE.
Dirigida por Jordi Frades y con guión de José Luis Martín, “La Corona Partida” tiene el aliciente de contar con los mismos actores que ilustraron los personajes de “Isabel”: Rodolfo Sancho (Fernando el Católico), Irene Escolar (nominada a los Goya 2016 como Mejor Actriz Revelación), Raúl Mérida (Felipe el Hermoso), Eusebio Poncela (Cardenal Cisneros), Fernando Guillén Cuervo (Fuensalida), Jacobo Dicenta (Belmonte), Úrsula Corberó (princesa Margarita), entre otros; y la incorporación de José Coronado (Maximiliano de Habsburgo) y Silvia Alonso (Germana de Foix). Además, Michelle Jenner (Isabel) interviene en una breve escena final.
La narración se organiza en torno al Cardenal Cisneros, que pone al día de los acontecimientos a Fernando de Habsburgo, hermano de Carlos. A pesar de lo estipulado en el testamento de Isabel la Católica, el deseo de Fernando de mantener unidas las Coronas de Castilla y Aragón se ve frustrado por las ansias de poder de Felipe el Hermoso que se cree con el derecho a ocupar el trono sin tener en cuenta a su esposa Juana, la legítima heredera, a la que tanto su padre como su marido intentan pasar por loca para quitarla de en medio. Una serie de maniobras, en las que como siempre ofician traidores, ningunea a Juana, con el apoyo de nobles castellanos que intentan recuperar sus parcelas de poder perdidas. Juana se ve sola y sin apoyos, y a pesar del amor que siente por su esposo, se niega a secundar sus maquinaciones, lo que la desestabiliza anímicamente.
A la muerte inesperada de Felipe, Juana se aferra a su cadáver, que besa todas las noches en su lúgubre peregrinaje a Granada –se reproduce la escena del famoso cuadro de Francisco Pradilla-, lo que contribuyó a su fama de loca aunque en ningún momento las Cortes de Castilla la declararon incapaz y nunca se le retiró el título de Reina. El rey Fernando encierra de por vida a su hija Juana en Tordesillas y designa a su nieto Carlos como sucesor con la regencia del Cardenal Cisneros.
Es éste un gran esfuerzo narrativo de Diagonal TV y R. Zinman Productions por confinar en apenas 2 horas estos difíciles años de la Historia de España, no siempre fáciles de contar desde el punto de vista cinematográfico. El famoso episodio del vaso de agua helada bebido por Felipe el Hermoso tras el juego de pelota está contada con mucho dramatismo. 
Rodada en escenarios naturales históricos, con numerosos figurantes y cámaras en drones, tiene una magnífica fotografía de Raimon Lorda, luminosa, claustrofóbica o tétrica, según los casos, una excelente dirección artística de Marcelo Pacheco y un cuidadísimo vestuario de Pepe Reyes. 
Se ha contado con los actores originales de la serie “Isabel”, por eso la interpretación de todos y cada uno de los actores –ya familiares para muchos telespectadores- es lo que de verdad da vida a la historia. Maravillosa Irene Escolar, a la que se presenta como una víctima de los manejos políticos y no como una enajenada (como hemos visto en otras versiones cinematográficas, algunas pésimas), muy convincente Raúl Mérida y un Eusebio Poncela magnífico, es lo más destacable de ellos, sin olvidar a Ramón Madaula, Rodolfo Sancho y a Fernando Guillen Cuervo.