Entretenida película de la Paramount
Pictures, dirigida por Dean Israelite e interpretada por Jonny Weston, Amy
Landecker, Sofia Black-D'Elia, Ginny Gardner, Sam Lerner y Allen Evangelista.
Un
brillante estudiante de Físicas busca un proyecto que le dé la oportunidad de
conseguir una beca en un importante Instituto de Investigación y evitar que su
madre tenga que vender la casa para pagarle los estudios. Trasteando por el
sótano, descubre unos misteriosos planos de su padre fallecido que resultan ser
los de una máquina del tiempo.
El y su
grupo de amigos tras varios ensayos comienzan a viajar al pasado,
experimentando ligeros cambios que van alterando, poco a poco, el presente. Al
principio es divertido: ganan la lotería, van a conciertos, aprueban exámenes…
pero cada viaje aumenta el riesgo, y las pequeñas correcciones del pasado
acaban creando efectos a escala mundial, por lo que han de
enfrentarse a una carrera desesperada contra el pasado para poner su
vida de nuevo en orden.
La
verdad es que la película es una mezcla entre “Atrapado en el tiempo” y
“Regreso al futuro”, que no quita interés a esta nueva interpretación del
eterno mito de viajar en el tiempo. El ritmo de la acción es muy ágil
amplificado por la extravagancia del grupo de amigos de grabar todos sus pasos con
una cámara, lo cual aporta una visión subjetiva muy fresca y dinámica.
Naturalmente,
tiene bastante contradicciones y lagunas que quedan sin explicar y el
tratamiento que da a las relaciones amorosas entre chicos y chicas es tonto y
frívolo, pero el objetivo de la película está cumplido, que es hacer pasar un
buen rato mientras que concluye que el pasado es mejor no tocarlo y que hay que
hacerlo bien a la primera. Gustará a
los niños y jóvenes.