viernes, 4 de abril de 2014

NOÉ

No es extraño que a alguien se le ocurra llevar a la gran pantalla –con los medios tecnológicos con que se cuenta hoy día- la grandiosa historia de Noé y el diluvio universal. Pero cuando la maravillosa narración que nos cuenta el Génesis se “interpreta” como algo mágico y sin el contexto adecuado, cuando se escogen piezas de aquí y de allá y se dejan otras por el camino, sale lo que sale: elucubraciones dramáticas y visiones personales, aunque –eso sí- muy visuales.

De este film de Paramount Pictures se ha encargado el director Darren Aronofsky (“Cisne Negro”), que ha contado para ello con excelentes actores, como Russell Crowe, muy convincente en el papel del atormentado Noé, Anthony Hopkins como su abuelo, un extravagante Matusalén, Jennifer Connelly como su juiciosa esposa, Emma Watson como su hijastra, y Ray Winstone como el malvado descendiente de Caín. Los hijos, Sem, Cam y Jafet, están bien retratados, aunque aquí le dan a Cam –el hijo maldecido por Noé- un cariz muy contemporáneo y políticamente correcto. 

Conocemos lo que nos cuenta la Biblia: Noé y su familia viven en medio de la maldad y la violencia de los hombres. Dios se ha arrepentido de crearlos y decide suprimirlos de la faz de la tierra enviando un diluvio universal que acabe con todos, y empezar así desde cero. Pero Noé debe construir un arca y salvarse en él con su familia y una pareja de todos los animales. El drama se desencadena cuando Noé interpreta que ellos también deben morir y no está dispuesto a que nadie les sobreviva.

Esta fantasía de los autores de la película hace que ésta pierda su esencia. Además, con un tinte explícitamente naturalista, identifican la maldad de los hombres con los sacrificios de animales, la caza, etc, lo cual, personalmente, me gusta, pero se queda muy corto y es demasiado visceral. Es molesta además en algunas secuencias descriptivas. Por otra parte, a Dios se le presenta como un Creador injusto, vengativo y ajeno a los hombres. Y qué decir de  los “vigilantes”, unos seres de roca expulsados del Cielo, una confusión entre los ángeles caídos y los gigantes de Canaan, que parece que estamos viendo “La historia interminable”…


Es muy espectacular la parte del diluvio y el Arca, que fue una auténtica y enorme construcción según las medidas de la Biblia, no generada por ordenador. Y está bien resuelto cómo entran y se mantienen los animales en el arca, así como el arco iris final, señal del pacto de Dios con Noé. Pero en su conjunto, la película resulta larga y a ratos tediosa.