Con 10 nominaciones a los Oscar, incluyendo el de mejor película y mejor actor -Jeff Bridges-, se trata de un western duro y descarnado, pero conmovedor, dirigido por los hermanos Joel y Ethan Coen, y producido por Steven Spielberg, entre otros. Está basada en el libro de Charles Portis del mismo nombre.
El padre de la niña de catorce años Mattie Ross (Hailee Steinfeld) es asesinado a sangre fría por el cobarde Tom Chaney (Josh Brolin) y ella está dispuesta a que se haga justicia y llevarlo ante la horca. Para ello, y llena de resolución, busca la ayuda del jefe de la policía local, Rooster Cogburn (Jeff Bridges), un borracho presuntuoso pero que se las sabe todas, y le convence para atrapar a Chaney. Pero también le quiere dar caza el Ranger de Texas Laboeuf (Matt Damon) por haber matado a un senador. En territorio indio, los tres encuentran numerosas dificultades para conseguir su objetivo y chocan constantemente los caracteres. Sólo la tenacidad de la pequeña logra unirlos.
El film, con una fotografía del invierno crudo en Arkansas de gran belleza, es interesante hasta el final. El código de honor que en el fondo lleva todo ser humano a pesar de estar curtido por la vida, y la confianza ciega en la fuerza de la ley y la justicia, son los dos valores más sobresalientes de la cinta, que no ahorra momentos crueles y tensos, como los vividos en el refugio del bosque. El papel de la niña es, sin embargo, conmovedor: lista, segura de sí misma, cándida e insolente al mismo tiempo, sincera y luchadora, es como el contrapunto de dignidad ante un ambiente tan desprovisto de humanidad.
Se trata de una buena película que gustará a los amantes del género. Jóvenes/adultos.